23.04.2023 Views

21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Circunstanciales porque el niño puede modificar su atención en clase y hacerse el

propósito de escuchar más seriamente lo que se le enseña, esforzarse más y dejar de

comportarse mal. Los niños oyen causas circunstanciales y específicas que explican

por qué su rendimiento en clase ha estado por debajo de los niveles normales.

En cuanto a las niñas, revelan los estudios de Dweck, oyen casi sin excepción una

descalificación o condena absolutamente distinta. Puesto que ellas no alborotan y

aparentan estar prestando atención, no se las puede criticar del mismo modo. De

forma que las observaciones que le quedan a la maestra son del yo: «Te cuestan las

matemáticas», «Siempre entregas los exámenes llenos de tachones», «Nunca repasas

tus respuestas». La mayoría de las causas circunstanciales, como la desatención, la

falta de esfuerzo y el mal comportamiento, no aparecen, de modo que las niñas

reciben un verdadero bombardeo de críticas permanentes y globales para explicar

sus fracasos. ¿Qué es lo que sacarán de la experiencia adquirida en clase?

También lo descubrió Carol Dweck pasando a los alumnos de un grado superior, a

quienes propuso problemas de imposible solución. Terminada la prueba, estudió las

respuestas de niñas y niños para explicar los pésimos resultados obtenidos.

Se entregaron hojas con palabras sin significado, cuyas letras debían ordenar a fin

de formar palabras carentes de sentido como «ZOLT», «IEOF», «MITI», etc., y como

era de esperar, todos los esfuerzos de los niños resultaron vanos, era imposible

reordenar esas letras para encontrar palabras que significaran algo. Todos se

esforzaron mucho, pero antes de que pudieran darse por vencidos se les dijo que

había pasado el tiempo y debían entregar las hojas.

La pregunta formulada por Carol a todos fue: «¿Por qué no los resolviste?».

Las niñas respondieron cosas como éstas: «No se me dan bien los exámenes de

vocabulario» y «Me parece que no soy muy inteligente».

En cuanto a los varones, sus respuestas fueron: «No presté mucha atención», «Y

después de todo, ¿a quién le puede interesar ese juego estúpido?».

Las respuestas de las niñas fueron explicaciones permanentes y globales; los

varones, por su parte, dieron explicaciones mucho menos pesimistas:

circunstanciales, específicas y susceptibles de cambio. Lo que aquí estamos viendo

es el impacto de la segunda influencia sobre la pauta explicativa de su hijo. Una vez

más, los chicos escuchan con toda atención, y si lo que oyen es permanente y global,

como «Eres un estúpido», «No sirves para nada», esas palabras se abren camino y

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!