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21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

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que el resto de la población. Saber esto, podría contribuir a separar el aporte

genético del ambiente en la depresión.

Una vez más, como en el caso del ECA, los resultados dieron al traste con las

expectativas. Demostraron que los casos de depresión se multiplicaban por diez

durante el curso del siglo.

Consideremos solamente a las mujeres. Las que se estudiaron habían nacido en los

años de la guerra de Corea (lo que significa que en el momento en que se hizo el

ECA tenían alrededor de treinta años) y tenían diez veces más probabilidades de

haber tenido algún episodio de depresión que las mujeres nacidas en los años de la

Primera Guerra Mundial, a pesar de que las mujeres mayores (eran setentonas

cuando se efectuó la encuesta) habían tenido muchas más oportunidades de haber

sufrido una depresión.

De las mujeres nacidas durante la Primera Guerra Mundial (de unos treinta años,

la edad que tenían en el momento de la encuesta las nacidas durante la guerra de

Corea), sólo un 3 por 100 reconocía haber sufrido alguna depresión grave. Muy

diferente era el caso de las mujeres nacidas durante la guerra de Corea: para cuando

tuvieron treinta años, un 60 por 100 de ellas alguna vez había padecido una seria

depresión.

El mismo vuelco sorprendente se advertía en las estadísticas masculinas. Aunque

el número de hombres con depresión equivale más o menos a la mitad de las cifras

femeninas (algo que trataré en el próximo capítulo), los incrementos porcentuales

observados a lo largo del siglo eran similares.

No solamente la depresión grave es mucho más común en nuestros días; también

ataca a sus víctimas cuando son mucho más jóvenes. 7 Una persona nacida en los años

treinta y que contase con un pariente afectado de una depresión, podría padecer su

propia depresión más o menos entre los treinta y los treinta y cinco años. Alguien

nacido en 1956, en cambio, padecería su primera depresión probablemente cuando

tuviera entre veinte y veinticinco; es decir, diez años antes. Puesto que la depresión

grave se repite en alrededor de la mitad de quienes la han sufrido una vez, esos diez

años extra de vulnerabilidad se suman a un océano de lágrimas.

Pero puede haber todavía otros océanos, ya que estos estudios se refieren

solamente a la depresión grave. La depresión más suave, que tantos de nosotros

hemos experimentado alguna vez, puede mostrar una tendencia similar: sus cifras

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