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21.Aprenda optimismo Haga de la vida una experiencia gratificante

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El tercer síntoma de la depresión es el referido al comportamiento. Tres son los

síntomas de comportamiento de un depresivo: pasividad, indecisión y tendencias

suicidas.

Muchas veces los depresivos ni siquiera pueden iniciar una tarea, por rutinaria

que sea, y al primer obstáculo prefieren darse por vencidos. Un novelista, por

ejemplo, se detiene en el primer párrafo de la obra que piensa escribir. Y, si

finalmente empieza a escribir, abandona tan pronto comete un error, por pequeño que

sea. Después de eso, suele ocurrir que se levante de su silla y abandone el libro

durante un mes.

Cuando se presentan alternativas, el deprimido no puede decidir. Por ejemplo,

alguien que esté padeciendo un acceso de depresión podrá levantar el teléfono para

pedir que le manden una pizza. Si del otro lado de la línea le preguntan si la quiere

sencilla o con algún aditamento, se quedará sin saber qué decir, paralizado, mirando

al receptor. Pasarán unos segundos de indecisión y quizá termine colgando el

teléfono. Así le pasaba a Sophie cuando no podía iniciar sus tareas: ni siquiera

decidía con qué materia empezar.

Muchos depresivos piensan en el suicidio. Por lo general, ello se debe a uno de

estos motivos, cuando no a ambos; el primero es la renuncia a reaccionar, y entonces

quieren ponerle un punto final. El otro es el deseo de manipular a los otros: quieren

que se los vuelva a amar, o vengarse, o tener la última palabra en una discusión.

La depresión se acompaña a menudo de síntomas físicos: cuanto más grave la

depresión, más son los síntomas. Disminuye el apetito. No se puede ingerir alimento.

Y también cesa el deseo sexual: no puede hacerse el amor. En el caso de Sophie,

antes le parecía que el sexo era algo maravilloso, el punto máximo de su relación

con aquel hombre con el que vivía, y terminó considerándolo algo repugnante. Hasta

el sueño se altera: el despertar llega muy temprano, y comienzan las vueltas y más

vueltas en la cama, tratando sin éxito de volver a conciliar el sueño. Hasta que suena

el despertador y no hay otro remedio que empezar la nueva jornada, no solamente

con la misma depresión, sino también exhausto.

Estos cuatro síntomas, cambios negativos en el pensamiento, el humor, el

comportamiento y la respuesta física, permiten diagnosticar la depresión, unipolar o

normal. Para que alguien pueda considerarse un deprimido no es indispensable

contar con los cuatro síntomas, y tampoco hace falta que uno en particular se halle

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