11.05.2013 Views

Descargar el Libro en PDF aquí - Vaticanocatolico.com

Descargar el Libro en PDF aquí - Vaticanocatolico.com

Descargar el Libro en PDF aquí - Vaticanocatolico.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

174<br />

Algunos podrían responder: “bu<strong>en</strong>o, <strong>el</strong> Papa Juan IV vivió antes que fuera publicada la cond<strong>en</strong>ación<br />

infalible de las cartas de Honorio; es por eso que él no era un hereje por def<strong>en</strong>der estas cartas que<br />

fom<strong>en</strong>taban la herejía”.<br />

Esta es una respuesta <strong>en</strong>gañosa. El Tercer Concilio de Constantinopla cond<strong>en</strong>ó a Honorio basado<br />

<strong>en</strong> cartas que él escribió durante su reinado. El Papa Juan IV estaba examinando exactam<strong>en</strong>te<br />

las mismas cartas y declaraciones que <strong>el</strong> Tercer Concilio de Constantinopla cond<strong>en</strong>ó. Así,<br />

examinando exactam<strong>en</strong>te las mismas declaraciones, <strong>el</strong> Papa Juan IV (<strong>en</strong> su calidad falible) y <strong>el</strong><br />

Tercer Concilio de Constantinopla (<strong>en</strong> su calidad infalible) dijeron dos cosas <strong>com</strong>pletam<strong>en</strong>te<br />

difer<strong>en</strong>tes. Esto demuestra que se puede malinterpretar <strong>com</strong>o católico algo que, de hecho, es<br />

herético o favorable a la herejía y permanecer si<strong>en</strong>do católico, si hay causa legítima de<br />

confusión. [Por supuesto, esto no aplica a puntos claram<strong>en</strong>te obvios, <strong>com</strong>o la necesidad de que<br />

protestantes se conviertan o que las r<strong>el</strong>igiones paganas son falsas (<strong>com</strong>o niegan los antipapas<br />

d<strong>el</strong> Vaticano II), sino solam<strong>en</strong>te a puntos más sutiles de cuestiones dogmáticas o temas <strong>en</strong> que<br />

alguna confusión o causa de confusión pudiera existir].<br />

Lo mismo ocurre con <strong>el</strong> bautismo de deseo – o, para ser más preciso, con la versión de bautismo<br />

de deseo que ciertos santos mant<strong>en</strong>ían sólo para los catecúm<strong>en</strong>os sin bautizar. Al igual que <strong>el</strong><br />

Papa Juan IV, de bu<strong>en</strong>a fe, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dió mal las cartas d<strong>el</strong> Papa Honorio, estos santos<br />

malinterpretaron la sesión 6, cap. 4 d<strong>el</strong> Concilio de Tr<strong>en</strong>to. P<strong>en</strong>saban que <strong>en</strong>señaba <strong>el</strong> bautismo<br />

de deseo, y por sigui<strong>en</strong>te <strong>el</strong>los (equivocadam<strong>en</strong>te) <strong>en</strong>señaron <strong>el</strong> bautismo de deseo. Sin<br />

embargo, cuando se inspecciona sus argum<strong>en</strong>tos y se examina con detalle la <strong>en</strong>señanza de la<br />

sesión 6, cap. 4, se ve que <strong>el</strong> Concilio de Tr<strong>en</strong>to no <strong>en</strong>seña <strong>el</strong> bautismo de deseo. También se<br />

descubre que <strong>el</strong> bautismo de deseo no coincide con numerosos pronunciami<strong>en</strong>tos de la<br />

<strong>en</strong>señanza infalible de la Iglesia católica. Por lo tanto, una vez visto que estos puntos se explican<br />

con claridad, se está obligado a abandonar esa opinión falsa que no está de acuerdo con tantos<br />

hechos. Uno no puede continuar, <strong>en</strong> este punto, insisti<strong>en</strong>do que los hombres pued<strong>en</strong> salvarse<br />

sin <strong>el</strong> bautismo. Los puntos tratados arriba prueban que un santo o un Papa podrían<br />

malinterpretar un texto y, basado <strong>en</strong> esa falsa lectura, <strong>en</strong>señar, de bu<strong>en</strong>a fe, algo que es<br />

contrario a la fe.<br />

Para concluir, si se quiere llamar al bautismo de deseo una herejía o un grave error teológico<br />

in<strong>com</strong>patible con <strong>el</strong> dogma, la verdad es que se trata de una opinión falsa que no puede<br />

conciliarse con numerosas definiciones infalibles y, por tanto, ningún católico debería <strong>en</strong><br />

absoluto mant<strong>en</strong>erla después de conocer estos hechos.<br />

Por otra parte, si bi<strong>en</strong> que cualquier idea de bautismo de deseo es falsa, hay que hacer una<br />

distinción muy importante <strong>en</strong>tre la versión d<strong>el</strong> bautismo de deseo sost<strong>en</strong>ida por ciertos<br />

santos (solam<strong>en</strong>te para los catecúm<strong>en</strong>os sin bautizar) y la versión sost<strong>en</strong>ida hoy por la<br />

mayoría (que será tratada detalladam<strong>en</strong>te más ad<strong>el</strong>ante <strong>en</strong> este libro). Los santos que sost<strong>en</strong>ían<br />

<strong>el</strong> bautismo de deseo lo aplicaban solam<strong>en</strong>te a los catecúm<strong>en</strong>os sin bautizar que creían <strong>en</strong> la<br />

www.vaticanocatolico.<strong>com</strong> Derechos reservados © 2004-20011 www.vaticancatholic.<strong>com</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!