Manual sobre las metodologías para la recolección de datos a

180 ESTADÍSTICAS DEL TRABAJO INFANTIL
a) En primer lugar, generalmente no son convenientes las variaciones arbitrarias en la selección
final de las probabilidades, las cuales están comprendidas en un diseño de toma fija,
y pueden ser inconvenientes especialmente cuando las variaciones son lo suficientemente
grandes para requerir la ponderación de la información de la muestra.
b) En la práctica, es muy frecuente seleccionar las unidades finales de las listas de forma sistemática.
Con un diseño autoponderado el intervalo de selección puede establecerse previamente
para cada área de la muestra. Sin embargo, este procedimiento de selección es más
complejo con un diseño de toma fija, ya que el intervalo de selección debe ser computado
dependiendo del número real de unidades encontradas en el área. Esto puede causar problemas,
cuando la selección tiene que ser realizada por personal de menos nivel sobre el terreno.
c) Como las probabilidades totales de selección no se establecen con anterioridad, éstas sólo
pueden ser computadas si se lleva una cuenta del número real de unidades enumeradas
adecuadas en cada área de la muestra. Esto podría parecer sencillo, pero muchas encuestas
no logran mantener dichos registros en la práctica.
d) La comparación de los tamaños de la muestra meta total y de la muestra realmente seleccionada
puede identificar problemas de cobertura insuficiente en el marco, como el estado
incompleto de la lista de áreas incluidas en el marco o errores graves en la selección de
muestras, entre ellos, omitir parte del marco, preferencias sistemáticas entre los trabajadores
de campo al seleccionar segmentos más pequeños y, quizá con mayor frecuencia,
la omisión sistemática debido a listados no actualizados o deficientes de las unidades
finales en las áreas de la muestra. Muchas encuestas se encontraron con que el problema
del tamaño real de la muestra seleccionada estaba muy por debajo del tamaño meta de
diseño. Una desventaja importante de un diseño de toma fija es que, al establecer previamente
el tamaño de la muestra de forma automática, se ocultan los problemas de este tipo.
e) Peor aún, un diseño de toma fija podría provocar en realidad un listado incompleto, especialmente
cuando los mismos trabajadores de campo son responsables tanto del listado
como de las entrevistas. Ha habido encuestas (incluso de ámbito nacional) en las que sólo
se incluyó en la lista de cada área un número fijo, en el peor de los casos sólo el requerido
para obtener el número fijo de casos de muestra, alterando así el diseño y abriendo
muchas posibilidades de parcialidad en detrimento de las unidades menos accesibles.
f) Fijar el tamaño de la muestra puede invitar a la sustitución descontrolada de los casos en
que las personas no responden, y desalentar el esfuerzo persistente con los más difíciles.
g) En cualquier caso, con frecuencia, fijar el tamaño de las muestras resulta imposible; esto
se debe a que no se obtiene respuesta y a otros problemas durante la fase de implementación.
Lo mismo ocurre cuando las unidades que van a ser enumeradas no son del mismo
tipo que las unidades utilizadas para el listado y el muestreo, o cuando la encuesta está
relacionada con una subpoblación no controlada en el diseño.
Estos problemas pueden ser incluso más serios en encuestas de niños y niñas trabajadores,
en comparación con encuestas realizadas en ámbitos más amplios de la población
general (véase la sección 6.3). Por tanto, el consejo general es adoptar, siempre que sea
posible, un diseño autoponderado y aceptar las variaciones en las tomas de muestras por
grupo y en el tamaño total de la muestra. A menudo subestimamos la flexibilidad, posible
en la práctica, para tratar las variaciones en las tomas de muestras. Normalmente, es preciso
asignar más personal a las áreas con cargas de trabajo excepcionalmente elevada. También
hay más flexibilidad cuando los entrevistadores trabajan en equipo, en lugar de hacerlo solos,
dentro de las áreas de la muestra. Después de todo, incluso el hecho de fijar el número de
entrevistas no iguala necesariamente la verdadera carga de trabajo de los entrevistadores.
Con frecuencia existen buenas razones para variar los índices de muestreo correspondientes
a diferentes partes de la población de la encuesta, como el muestreo excesivo de áreas