Manual sobre las metodologías para la recolección de datos a

224 ESTADÍSTICAS DEL TRABAJO INFANTIL
7.4.2 ❚ La cuestión del tamaño de la muestra
Como se ha señalado, el tamaño de la muestra se determina sobre la base de un equilibrio
entre diversos factores estadísticos, prácticos y de costes. Este equilibrio es una cuestión
compleja. Resulta útil empezar por descontar los enfoques extremos o parciales respecto
a este asunto, aunque cada uno de estos tiene algunas ventajas en determinadas circunstancias.
Una práctica habitual consiste en empezar por identificar una sola estimación, o a lo
sumo, unas cuantas estimaciones «importantes», y algún nivel más o menos arbitrario
de exactitud deseada para calcular el tamaño de muestra requerido. Dichos cálculos
son normalmente directos, pero casi nunca realistas. Esto es porque la mayoría de las
encuestas tienen objetivos complejos y múltiples que no pueden ser reducidos a la estimación
de una sola cifra «importante». Tampoco se puede considerar que los objetivos
de exactitud están totalmente predeterminados: a menudo son modificados, de un modo
más o menos radical, en la medida en que es posible, dadas las restricciones de costes, de
programación, administrativas y técnicas de la encuesta. Los requisitos de exactitud no
se pueden expresar casi nunca con precisión o con suficiente objetividad. Aún cuando
son supuestos, los cálculos simples producen con frecuencia requisitos poco realistas en
cuanto al tamaño de la muestra, lo que resulta en la revisión arbitraria de los requisitos
de exactitud iniciales (a menudo, igualmente arbitrarios).
Otra posición argumenta que fundamentalmente la selección del tamaño de la muestra
no es una cuestión técnica, sino que viene determinada casi exclusivamente por el coste y
otros factores prácticos, previa práctica por no decir prejuicio, deseo de paridad con otras
encuestas y países y, en general, el deseo de garantizar el máximo tamaño de muestra
permisible de acuerdo con las circunstancias dadas.
Es habitual sostener que generalmente los errores no muestrales predominan sobre el
error muestral en las encuestas a gran escala. Esto es igual a la afirmación, bastante insólita,
de que los tamaños de muestras utilizados en la práctica son generalmente demasiado
grandes.
El enfoque apropiado es una combinación equilibrada de estas perspectivas, evitando
opiniones simplistas sobre la compleja cuestión del tamaño de la muestra.
Requisitos mínimos
En efecto, surgen situaciones en las que, por lo menos como punto de partida, el tamaño de
la muestra se determina principalmente a partir de los requisitos de exactitud de unas cuantas
estadísticas «importantes» o básicas. Sin embargo, normalmente los requisitos de exactitud
son mucho más complejos. La tabulación y el análisis de los resultados de la encuesta implican
numerosos tipos de estimaciones sobre diversas subpoblaciones. En la mayoría de los
casos, el factor principal es el grado de detalle según el cual se pueden clasificar los datos de
la muestra de manera significativa. Sin embargo, una vez superado el mínimo por debajo del
cual la encuesta puede no ser útil, este grado de detalle no es algo totalmente predeterminado.
De hecho, está condicionado por aquello que es posible dadas las distintas opciones
del tamaño de la muestra.
A pesar de la complejidad de los requisitos fundamentales, es posible identificar situaciones
donde un tamaño de muestra en particular sea muy pequeño para producir resultados
útiles. Este conocimiento se obtiene principalmente de la experiencia de encuestas previas
(de uno mismo o de otros) sobre temas similares sujetos a análisis parecidos. Prácticamente
ninguna encuesta es del todo nueva ni se realiza de forma aislada. Al planificar una encuesta,
se empieza planteando preguntas como las que siguen: