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EstudiosLasalianos 17 - Hermanos de las Escuelas Cristianas

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CAPÍTULO 12 - EL SERVICIO EDUCATIVO LASALIANO, ¿MEDIO DE QUÉ SALVACIÓN HOY? 295<br />

Actualmente, <strong>las</strong> diferentes formas <strong>de</strong> ayuda o <strong>de</strong> asistencia se han vuelto<br />

sospechosas <strong>de</strong> ser instrumentos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r o <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. La historia muestra<br />

que pue<strong>de</strong>n serlo. Por eso, la pureza <strong>de</strong> intenciones <strong>de</strong> todos aquellos<br />

que preten<strong>de</strong>n servir a los pobres, el carácter <strong>de</strong>sinteresado <strong>de</strong> su beneficencia,<br />

pue<strong>de</strong>n ser legítimamente puestos en duda. La asistencia y la<br />

ayuda que mantienen al pobre en <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>ben ser <strong>de</strong>nunciadas. De<br />

hecho, nadie podría servir al pobre <strong>de</strong> forma creíble, limitándose simplemente<br />

al plano social, sin convertirse él mismo en un ser <strong>de</strong> comunión.<br />

Servir al pobre <strong>de</strong> verdad compromete a liberarlo <strong>de</strong> uno mismo. Es <strong>de</strong>cir,<br />

que su libertad comienza don<strong>de</strong> comienza la tuya con respecto a ti<br />

mismo 110 . Pero, más ávidos <strong>de</strong> seguridad que <strong>de</strong> libertad, nos comportamos<br />

con mucha frecuencia como seres domésticos más que como seres<br />

sociales y, aún menos, como seres en comunión. No es posible vivir la comunión<br />

sin vivir una forma <strong>de</strong> pobreza, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> libertad con respecto a<br />

uno mismo.<br />

Servir al pobre con respeto implica hacer justicia a su humanidad como<br />

en uno mismo. La educación constituye la primera forma <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong>bida<br />

a un ser humano, en calidad <strong>de</strong> ser humano, puesto que, entonces, se<br />

trata <strong>de</strong> liberarlo para la libertad. La libertad hacia la cual ten<strong>de</strong>r, La Salle<br />

la precisa en diferentes pasajes <strong>de</strong> sus escritos (cf. MA 83,1,2; MD 48,1,2;<br />

MR 203,2,2; MD 45,1,2); citemos solamente dos sobre el particular:<br />

“Consi<strong>de</strong>rad que es proce<strong>de</strong>r harto común entre los artesanos y los pobres<br />

<strong>de</strong>jar a sus hijos que vivan a su antojo, como vagabundos, errantes <strong>de</strong> un<br />

lado para otro…”. Él mismo lo ha constatado: los pobres no tienen ni el<br />

tiempo, ni los medios <strong>de</strong> enseñar a sus hijos. Así, abandonados a sí mismos,<br />

sin puntos <strong>de</strong> referencia, contraen fácilmente malos hábitos 111 .<br />

“Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, en efecto, con razón, que el niño que se ha habituado al<br />

pecado ha perdido, en cierto modo, su libertad, y él mismo se ha convertido<br />

en cautivo y <strong>de</strong>sgraciado (…) A vosotros, que sois los maestros <strong>de</strong><br />

quienes están bajo vuestra dirección, correspon<strong>de</strong> poner todo el cuidado<br />

110<br />

DA 201, 1; 201,3; Declaración 41. Sobre ello trataremos más a<strong>de</strong>lante en el punto 3.<br />

111<br />

La Salle <strong>de</strong>ja percibir dos tipos <strong>de</strong> libertad: una, sinónimo <strong>de</strong> ociosidad que acaba conduciendo a<br />

los niños a malos hábitos y la otra, la <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Dios que consiste en una vida virtuosa<br />

(cf. MR 194,1,1).

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