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EstudiosLasalianos 17 - Hermanos de las Escuelas Cristianas

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CAPÍTULO 2 - LA SALLE: INSERCIÓN SOCIAL Y LABORAL Y CAPACITACIÓN CRISTIANA 45<br />

Con relación a la posibilidad <strong>de</strong> quebrar la estabilidad social, tema al que<br />

el Fundador muy poco se refiere, él sigue una <strong>de</strong> <strong>las</strong> características <strong>de</strong>l<br />

tiempo, que es la mo<strong>de</strong>stia con sentido <strong>de</strong> medianía, ausencia <strong>de</strong> exceso.<br />

En términos concretos, en el primero <strong>de</strong> sus catecismos, al hablar <strong>de</strong>l<br />

“principal <strong>de</strong> los vicios capitales”, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> la soberbia, él la <strong>de</strong>fine con los<br />

siguientes términos: “La soberbia es el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>sarreglado <strong>de</strong> elevarse por<br />

encima <strong>de</strong>l estado que nos correspon<strong>de</strong> por disposición <strong>de</strong> Dios, o la complacencia<br />

en esa elevación” (DA 214,1,1).<br />

De su abuelo y <strong>de</strong> su padre, consejeros <strong>de</strong>l reino, Juan Bautista <strong>de</strong> La Salle<br />

había aprendido el respeto a <strong>las</strong> instituciones, entendidas como <strong>las</strong> costumbres<br />

y estructuras sociales, establecidas en el país o por la ley o por el<br />

uso. Y, por supuesto, también <strong>las</strong> estructuras políticas, entre <strong>las</strong> cuales la<br />

principal era la monarquía: el po<strong>de</strong>r ejercido por el rey. Sobre ese tema:<br />

1. En sus textos, La Salle constata que un rey reina <strong>de</strong> manera absoluta en<br />

su reino. Y enseña que es necesario tener respeto a su persona y a sus<br />

representaciones, como sus retratos y estatuas. Y que es preciso <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> él, observando sus leyes (cf. EMO 2,52 y 4,138,4; RU 0,0,12 y<br />

209,1,613; DA 203,0,12 y 206,0,14; DB 1,14,3).<br />

2. Poutet (1970, p. 41) observa que en los Deberes <strong>de</strong>l Cristiano, en <strong>las</strong><br />

Reg<strong>las</strong> <strong>de</strong> Cortesía y Urbanidad Cristiana y en <strong>las</strong> Meditaciones para el<br />

Tiempo <strong>de</strong>l Retiro, La Salle no insiste sobre los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l ‘súbdito’ con el<br />

rey. Y Fiévet constata no haber, en sus textos, ninguna referencia al<br />

monarca reinante <strong>de</strong>l tipo que se encontrará, <strong>de</strong>spués, en el catecismo<br />

napoleónico 20 .<br />

3. Blain (CL 8, p. 127) dice que La Salle lamentó la muerte <strong>de</strong> Luis XIV<br />

más por sus consecuencias para la Iglesia que para el Instituto. Lo que no<br />

20<br />

“Pregunta: ¿Cuáles son nuestros <strong>de</strong>beres con Napoleón 1º, nuestro emperador? Respuesta:<br />

Debemos a Napoleón 1º, nuestro emperador, el amor, el respeto, la obediencia, la fi<strong>de</strong>lidad, el servicio<br />

militar y los tributos or<strong>de</strong>nados para la conservación y la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Imperio y <strong>de</strong>l Trono.<br />

Pregunta: Pero, ¿no hay razones particulares que nos <strong>de</strong>ben aficionar particularmente a Napoleón 1º,<br />

nuestro emperador? Respuesta: Sí, por ser él aquel que Dios ha suscitado en <strong>las</strong> circunstancias difíciles<br />

para restablecer la religión santa <strong>de</strong> nuestros padres y para ser su protector y, por la consagración<br />

que ha recibido <strong>de</strong>l santo pontífice, él se ha tornado el ungido <strong>de</strong>l Señor. Colmando a nuestro emperador<br />

<strong>de</strong> sus dones, sea en la paz, sea en la guerra, Dios lo ha hecho ministro <strong>de</strong> su potencia y su imagen<br />

sobre la tierra” (Citado por Fiévet, 2001, págs. 50-51).

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