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bloch-principio-esperanza-III

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47. PARADIGMAS DE LOS RITMOS VOLITIVOS Y DE LA CONTEMPLACIÓNde otro lado, que no ve tampoco falsedad alguna fuera de él. Es decir,que esta lealtad puede, a su vez, ser abstracta, puede combinarse conla testarudez, o incluso —con mucha menor lealtad a la cosa de loque podría parecer a primera vista— convertir al hombre leal en unnecio por obra propia. Con lo cual se prueba que ninguna de estasactitudes puede convertirse en algo rígido y estable. Ni siquiera lalealtad, siempre que ésta es presentada como justa y sustancial poraquellos que no tienen ningún derecho a ella. Y justamente allí dondela causa es justa, el negar y el conceder pueden ser un medio paracombatir por la causa. El decidido a ello cede, desde luego, en lascosas pequeñas para imponerse en las grandes. Quedando ello limitadosiempre, desde luego, a lo pequeño, y también en esta limitaciónsólo por razón de lo grande y serio. Porque hay precios que no debenpagarse nunca, ni siquiera tácticamente. Un precio que no se debenunca pagar es evidentemente todo aquello que se halla en conexióncon la cosa misma, por razón de la cual puede cederse dado el casoy transitoriamente. La senda es aquí muy estrecha, y la decencia, sino puede evitar el recorrerla, lo hace tan prudentemente como sinvacilaciones. En otro caso, como fácilmente puede verse, no sería elhombre prudente el que riera al final.Fabio o el actor irresolutoEl hombre rápidamente decidido desearía, a menudo, no haberlo sido.Pero tampoco el irresoluto, el titubeante, el que sopesa demasiadoel pro y el contra de las cosas ofrece, a su vez, una perspectiva másagradable. En su código figura el «si tienes prisa, vístete despacio»,y en torno de él se extienden las ocasiones desaprovechadas. Fabiofue quien primero se hizo célebre, y luego, tristemente célebre comohombre irresoluto; gracias a él Roma estuvo al borde de la catástrofe.El cónsul Fabio reflexionó demasiado tiempo, perdió la ocasión,pero Aníbal no cedió por ello. Desde entonces, han aparecido muchoshabios y muy raramente han conseguido algo. En una voluntad demasiadoreflexionada, demasiado examinada desaparece, en últimotérmino, la voluntad misma, se aminora como una ira reflexionada.Así también en la acción revolucionaria y en su ira, que se hace dúctilpor la espera y las medias tintas. Y así llega el lacayuno movimientorevolucionario o la subversión lacayuna que deja las cosas comoestaban. Id nombre auténtico para este fenómeno es el de la FabiánSocicty inglesa o también el del l.abour Party, lleno de dulces limonadas.La liihiaii Socicly, fundada en ISS4 por Sidney Webbs, no1\

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