11.07.2015 Views

bloch-principio-esperanza-III

bloch-principio-esperanza-III

bloch-principio-esperanza-III

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

IMÁGENES DESIDERATIVAS DEL INSTANTE COLMADOdad, lo que elimina, o al menos suspende, su dicha narcisista. Todasestas situaciones revisten un carácter infernal y son extremadamenteindeseables: deberían llamarse abandono, no soledad. Muy otra, decididamentedistinta, es la situación cuando la soledad encuentra fundamentointrovertido como imagen desiderativa en sentido propio, asaber, como carencia de perturbación. En este caso se anuncia en ellael narcisismo con el que Freud ve lleno el yo corporal: es un retornodesde los objetos al yo. El deseo de un mundo externo apagado puedeser tanto más urgente, tanto más valioso cuanto más protege unalámpara la concentración, una lámpara que no luce sólo como luzinterna. Un adagio clásico dice: solitudo musis amica. En su evidenciaactúa a la vez un arquetipo, el arquetipo del nido, de la incubación,del despliegue madurador puesto a salvo. Apartamiento en elcampo, invierno que lo intensifica, sosiego de la casa y de la nocheañaden un fuerte sueño desiderativo, y el resplandor de la lámparaluce como verdadera aura sobre el manuscrito. Escribir en el campo,escribir durante la noche unen al paisaje del Norte y al del Sur en lamisma tónica amable de la producción intelectual: el Tibur de Horacio,el Tusculum de Cicerón, e incluso el Sils Maria de Nietzsche sehan convertido así en alegorías, aun separados por los siglos. Aquí nohay que contar, en cambio, las construcciones poéticas de la soledad;como en George, en el que la proyección a las alturas es solitaria, ocomo en Rilke, en el que es solitaria la comunicación hacia las profundidades.Pero al menos del «retiro» epicúreo o estoico y sus diversosestudios surgía, también en casos menos importantes, la alabanzade la soledad unida a la concentración y también al anhelo de la vitacontemplativa. Ahora bien, la alabanza de la soledad depende no sólodel habitus del hombre que sabe qué hacer con ella, sino también, yen la misma medida, de la situación de la sociedad en la que madurael hombre solitario. Si un sujeto se encuentra atraído por las tendenciasde esta situación y apelado por ellas o si incluso se afirma estasituación en tanto que tal, entonces la soledad se encuentra tan unidaa la época como un estudio de artista a la ciudad de París. Si la época,en cambio, es tenida como algo hostil, si al hombre que se cree superiorno le parece tener sitio en ella, entonces surge la soledad comola dicha de la huida, como asilo. En parte también Tibur mismo,Tusculum y Sils Maria tienen este carácter; un carácter que se iba ahacer abstracto-exclusivo en las robinsonadas del siglo xviii. El tratocon plantas, animales, naturaleza hacía olvidar al hombre, es decir, ala sociedad dada; ningún baile de la corte podía resistir la comparación.Incluso los actores y grandes propietarios dei corrupto ser so-44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!