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bloch-principio-esperanza-III

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54. EL ULTIMO CONTENIDO DESIDERATIVO Y EL BIEN SUPREMOIpara nadie hay una mesa ya servida, ni siquiera servida a medias. Loshombres no están solos en el mundo, desde luego, sino que, al contrario,precisamente la producción de bienes económicos tiene lugaren un intercambio y transacción necesarios con la naturaleza; pero laexistencia de la materia prima y de su capacidad para ser elaboradano es ya algo previsto, sino, más bien, producto de un azar feliz. Estesentimiento de soledad puede intensificarse enormemente en las consecuenciasfilosóficas de una teoría axiológica subjetivista, llegandohasta la cisura entre series teleológicas humanas y una naturaleza pensadacomo carente en absoluto de todo fin. Las aspiraciones humanascaen así en la nada, fuera de su propio ámbito reducido; el efecto esel mismo, como ya decía Voltaire, que el de que se le gritara a alguienque está nadando en medio del océano que no existe tierra firme. Ocomo Nietzsche caracterizaba esta falta de conexión con el mundode los valores:En un rincón apartado del todo universal resplandeciente en innumerablessistemas solares hubo una vez un planeta en el que animalesmuy listos inventaron el conocimiento. Fue el minuto más arrogantey mendaz de la «historia universal», pero sólo un minuto. Tras unaspocas espiraciones de la naturaleza, el cerebro se puso rígido y losanimales tan listos tuvieron que morir"'.Las obras y valores del homo faber se hacen así efímeros en iiltimotérmino, y ninguna reproducción objetiva los salva de la brevedady de la angostura miniiscula del día de los hombres. Muy distintoes el aspecto positivo de la teoría axiológica referida al sujeto, de lateoría basada en la producción: aquí nada está ya acabado y ordenadoen empaquetaduras fijas, sino que el hombre se construye, según medidaspropias, su caso en un mundo hosco. Prometeo conquista parasí un lugar, muy especialmente cuando, después de la desapariciónde Dios y de su edificio universal de valores, no es la mecánica laúnica alternativa que queda. Sino que la conexión con la naturalezasigue siendo un acaso feliz, cuando no una alianza del movimientode producción y teleológico, tanto humano como natural, unidos enel mismo materialismo dialéctico. La pérdida de objetividad de valoresconclusos preordenados es más que compensada por el fin delas hipóstasis religiosas, que habían obturado y rellenado el espaciototalmente abierto situado ante nosotros de la producción y la pro­ís?. Cf. F. Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, trad. de L. M.Valdés y T. Ordufia, Tecno.s, Madrid, 1990, p. 17.4.S9

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