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bloch-principio-esperanza-III

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53. CRECIENTE INTERVENCIÓN HUMANA EN EL MISTERIO RELIGIOSOallá de su imagen temporal, el ser milagroso de Cristo se halla unido,en consecuencia, con su ser hoy imaginable en dos puntos principales:en el formal de la interrupción, y en el material del contenidobueno sin más. Y es también esencial que los milagros no son algointerior, sino que pretenden una modificación tangible de naturalezaexterna, o, lo que es lo mismo, la salvación que debe manifestarse enel milagro tiene lugar por la vía del mundo. En este mismo sentidodefine precisamente santo Tomás el milagro, a diferencia de la merapredicación cristiana o de la conversión: Miraculum est effectus sensibilis,qui divinitus fit praeter ordinem totius naturae^^^. El perdón delos pecados, incluso la transfiguración, no son tenidos como milagrospor santo Tomás, precisamente porque no constituyen efectos perceptiblessensiblemente. Y también más tarde, cuando ya no se creíaen la proximidad inmediata del reino de los cielos, es decir, en laEscolástica, el milagro se encontraba en el punto de fractura del mundonatural, en el punto en el que un trozo visible del mundo visiblesalta visiblemente por los aires. De todo ello se deduce: por muchoque el milagro haya degenerado entretanto en ocultismo trivial o sehaya revelado como tal, por mucho que subsista tan sólo en la propaganday los móviles prácticos del catolicismo, en solteronas histéricaso mezquinas puertas del cielo como Lourdes; pese a todo ello, el conceptodel milagro contiene significativamente, y aparte de su supersticióntrascendente, algo que no tiene en absoluto nada de supersticioso,el concepto del salto, un concepto proveniente de la fe en laposibilidad de hacer saltar por los aires. El concepto del salto ha sidoiiprendido partiendo precisamente del milagro; en un mundo causalpuramente mecánico, contrario por esencia al milagro en todas sustormas, el concepto del salto no tendría, por eso, lugar alguno, pero%\, eii cambio, en un mundo no-estático, no entendido como conclulo.El salto, en tanto que cambio mediado de modo estrictamente diatico,muestra aquí sus propias leyes, es decir, aun cuando interrumpela sucesión puramente mecánica de lo igual, no significa en absolutouna mera intermissio legis, en el sentido en que la Escolástica definía•I milagro místico. Y aquí falta sobre todo, como consecuencia de laciinniiación de todos los factores trascendentes, cualquier clase de«rsi.ulo de excepción», en cuyo espacio desprovisto de toda ley unaVoiniuad trascendente pudiera hacer realidad lo terrenamente impoliiilc.Al hablar del salto cualitativo y de sus indicios precursores, He-\7.\. (.'.(. Sanio Toiná.s de Aqnino, Summa contra ¡¡entiles, libro 111, cap. 101, trad.\C, I. C;

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