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bloch-principio-esperanza-III

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IMÁGENES DESIDERATIVAS DEL INSTANTE COLMADOes otra cosa que la colectividad sin clases. Pero justamente como unanueva colectividad sin clases, abiertamente utópica, de manera queen ella no pueden darse como rígidos valores opuestos, cosificadosdualísticamente, individuos parciales y colectividad parcial. Esta síntesisentre individuos y colectividad, la superación de estos momentossociales falsamente cosificados y enfrentados dualísticamente, puedeentonces llamarse, de nuevo, colectividad, a saber, colectividad sin clases,porque representa el triunfo de la comunidad, es decir, el ladoabsoluto de la sociedad, un triunfo que es así mismo la salvación delindividuo. En la síntesis sin clases actúa el totum buscado, este totumque, según Marx, abre el camino tanto al individuo totalmente desarrolladocomo a la verdadera universalidad. Y se trata, en últimotérmino, de un totum, porque es un totum del contenido final, delcontenido humano todavía no determinado y abarcado. Aquí resuenao alienta lo general, aquello que afecta a todo hombre y que constituyela <strong>esperanza</strong> del contenido último: en lugar de la alienación,identidad del nosotros consigo mismo y con su mundo.48. EL JOVEN GOETHE, NO-RENUNCIA, ARIEL«¡Presiéntelo y sanarás!Confía en la visión de un nuevo día.»(Goethe, Fausto, II, Coro)El deseo dedestrozarYa el niño es difícil que se sienta bien siendo un buen chico. Puedecomprobarse un impulso de destrucción que ya el pequeño Goethepuso en práctica. Es el impulso que llevó al niño Goethe una tardetranquila en que toda la casa se hallaba en silencio a arrojar piezasde vajilla a la calle, unas tras de otras, porque «se hacían añicos tandeliciosamente». A esta deficia se añadía un impulso menos determinadohacia algo que hallaba su marco adecuado en una habitaciónapartada. «Allí encontré, a medida que crecía, mi estancia, si no lamás triste, sí la más anhelada.» Grandes cosas acontecían tras la ventana,la meseta, la tormenta, el sol en su ocaso; un mundo extraño,amable y próximo a la vez. El niño veía jugar a los niños, veía a losvecinos pasear en sus jardines y cortar flores, veía cómo se divertíanlas pequeñas reuniones. Goethe continúa y resume así sus impresiones:«... todo ello despertó así prematuramente en mí un sentimiento60

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