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ASO 1820. t09
razón de una buena porción de fenómenos que serian enigmas
sin ellái'<
Era ya el 1.° de enero de 1820\ dia de antemano dispues­
to para dar comienzo á otra era junto con el principio del año.
Riego estaba encargado de caer sobre el cuartel general de
Arcos, donde se hallaba el conde de Calderón, tan ignoran­
te de lo que pasaba, como incapaz de apreciar indicios con
los cuales- hubiera otro avanzádose á adivinarlo. Debia aquel
Ocultar su intento hasta el momento de descargar el golpe apo­
derándose del general; pero la impaciencia de Riego no pudo
transijir con la idea de que ninguno se le adelantase en dar el
grito de Libertad, y así, lo primero que hizo, fué proclamarla
Constitución en la Cabezas de San Juan donde estaba acuarte­
lado, haciéndola jurar al batallón de que era gefe, y partiendo
con su gente entusiasmada á caer sobre el conde, después de
establecer en aquel punto un ayuntamiento constitucional, y
de acordonar bien el pueblo, para que no llegase antes que él
al cuartel general la noticia de lo ocurrido. Llegado á la vista
de Arcos, creyó que Muñiz con el batallón de Sevilla estaría
en sus inmediaciones; pero salido este de Yillamartin con el
fin de unirse al de Asturias, habíase estraviado en el camino y
no pudo Verificarlo. Riego entonces, impaciente otra vez, y otra
ez entusiasta y arrojado, acometió la empresa por sí solo, y
con la escasísima fuerza que tenia á su disposición, sorpren­
dió la ciudad y la casa en que estaba alojado el conde, apoderán­
dose de su persona, juntamente con la de los generales Blanco,
Salvador y Fournas, y rindiendo todas sus tropas con escasa
efusión de sangre. Muñiz, llegado al fin cerca de Arcos , detú­
vose á alguna distancia ignorante de lo ocurrido, quedando lue­
go lleno de asombro cuando vio, siendo ya de dia, realizado