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ffpPcausa del Escorial, en que tan mal parados salieron Escoi-
quiz, Orfiü-y Infantado, Selgas, González Manrique, Casaña,
Ayerve y hasta el mismo Chamorro, gracias siempre al propio
augusto sugelo, que de cómplice suyo en la cotíjura, no tuvo in­
conveniente después en convertirse en su delator!
' Mas si el rey era astuto y artero con las gentes de por acá,
no lució menos una y otra prenda con las de Pirineos allende.
Favorecido, como hemos visto, por el mibrsterio francés para
llevar á debido efecto la reacción anli-liberal, el apoyo que
aquel gobierno le daba no se estendia aun á devolverle el per­
dido cetro absoluto en todo el rigor de la frase, limitándose
solamente á la reforma constitucional, bajo la base de las dos
cámaras y demás que ha visto el lector en lo que hasta aqui va
narrado. Acordes en este punto los ministros de Luis XVIII y
los comisionados del rey, con la sola escepcíon de Mataflorida,
la sublevación de la guardia fué á los ojos del embajador fran­
cés el mediador Fernando ideado para encaminarse á ese fifí}
pero el rey iba mucho mas áHái, y riéndose del convenio de
mayo, empleaba todo su afán en recobrar su poder omnímodo.
En vano habia prevalecido la idea de atenerse á la reforma, en
vez de establecer la Regencia que debia servir de base á la res­
tauración absolutista. Fernando en junio revocó las órdenes que
liabia dado á Éguíáty á Morejon, y creyendo mejor el pensa-
liento concebido por Mataflorida, envióle amplios poderes por
comisionado Frontín para proceder desde luego á instala 1
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espresa Regencia. No fué tibio el caudillo de los Judas co­
cidos con el nombre de Persas en dar cumplimiento á una
irden tan acorde con 'sus deseos; y así, no bien la Seu de Ur-
¡%ayó en poder del fraile de la Trapa, escribó á su compin­
che Jaime Creux^ar famoso diputado serVfl-en las Cortes de 10