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Juña un faccioso de los que eu éste habían tomado parte, que
no pudiese ahora figurar en las filas de los nuevos genízaros,
omnipotentes allí otra vez, aunque hubieran sido ahorcados sus
: jefes por las alibis y poderosas razones de que ya se ha hecho
mención.
Y los buenos se estremecieron al ver aquel cambio de cosas;
y convencidos los realistas de que el conde era un guapo muchacho,
decidiéronse á prestarle su apoyo para la realización de
los planes acordados por el club director de la insurrección
abortada.
Y esto dispuesto así, pasó el conde á poner en debido ejercicio
la segunda y mas espantosa de sus facultades omnímodas,
y empezó á encarcelar y á deportar y á abrevarse de lágrimas y
sangre, como no se habia hecho en Valencia en los sabidos
tiempos de Elío.
Y para mejor conseguir su objeto de cslerminar á los liberales
ó á los que por tales pasaban, creó una policía secreta
compuesta de los seres mas viles, y ¡ay del pobre que abriese
los labios para soltar la mas leve espresion en sentido menos
conforme a^ interés del bando apostólico! ¡Ay del que creyendo
ver un amigo en el esbirro que por tal se fingía, lamentase en
unión con él, y cediendo á su escitacion, el estado de las cosas
públicas! ¡Ay del que sin hablar una palabra, soltase un lamento,
un suspiro, ó levantase los ojos al cielo, en muestra de su no
conformidad con los horrores de la tiranía! oaoV
i¿S habia un tribunal militar para juzgar á los sospechosos,
y eran fiscales suyos Chaparro, y Cuello y Cantillon... ¡Cantillon!
hombre de los que mas han jugado con la vida de sus
semejantes... de los que mas han insultado al pueblo con su
asiático lujo, merced al tráfico vil (dice la Historia de Fernan-