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taño premió los esfuerzos del autor en un género tan difícil co­
mo diferente del otro, tributándole aplausos sin límites. La co­
media de que arriba se ha hablado atacaba un defecto social
cuya censura debia naturalmente complacer á un pueblo refor­
mista y patriota. La tragedia que ahora nos ocupa halagaba tam­
bién por su fin, y era eco de los sentimientos de todos : era,
lo mismo que la comedia, obra de un joven justamente que­
rido del público por su fervoroso civismo; era producción de un
paisano, de un hijo del suelo andaluz; y hé aquí la esplicacion
del gran éxito que estas dos producciones dramáticas obtuvieron
en la escena de Cádiz.
Publicada la Constitución en 1812, varios délos individuos
componentes las Cortés extraordinarias creyeron concluida
su misión en aquel respetable Congreso; y deseoso este de
confundir las calumnias de los que le atribulan intenciones
de querer perpetuarse, procedió después de algunos importan­
tes trabajos á convocar las Cortes que con el nombre de ex­
traordinarias debian sucederle Martínez de la Rosa que
acababa de cumplir 25 años de edad, y que hasta entonces no
habia tenido como funcionario otro carácter que el de secreta­
rio de la comisión de libertad de imprenta , tuvo la honra de
ser elegido diputado para estas Cortes , señalándose en ella s
por su entusiasmo liberal siempre creciente, y acabando por
hacerse el caudillo del partido constitucional, merced á la elo­
cuencia que tanto renombre comenzó justamente á valerle
desde aquella época.....
Nuestras victorias sobre los franceses habian terminado ca­
si completamente la obra de nuestra Independencia, y lo qne
tan satisfactorio nos era bajo ese punto de vista, iba á conver­
tirse bien pronto en motivo de amargura y de luto por lo que