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ese ejército a quien tanto se temia considerado bajo el solo as­
pecto de rueda embarazosa y anómala en la máquina de la go­
bernación, y así, aun bajo este punto de vista, la determina­
ción á priori adoptada por los ministros pecaba cuando no
de intempestiva, al menos de un sí es no es prematura. Mas
no fué la espresada razón la única que los hizo obrar asi. Otro
de los designios de Arguelles y de sus compañeros antiguos fué
debilitar diestramente la fracción de los hombres nuevos, qui­
tando á tan temibles rivales su mas fuerte punto de apoyo,
los ejércitos libertadores. Esto, como nacido de celos mas que
del solo y único deseo de atender al público bien , no me­
rece ya tanto elojio, aunque acaso tenga disculpa; pero lo
que la historia contará como uno de los yerros mas graves co­
metidos por aquel ministerio, es su espíritu de pandilllaje en
la distribución de los principales destinos, conferidos por lo ge­
neral á gentes de su solo cotarro con marcado desden y aun
menosprecio de los restauradores del Código, los cuales se vie­
ron pospuestos no ya á los viejos precisamente, sino hasta á los
mismo decrépitos, es decir, á algunos serviles ó calificados de
tales, á quienes los Padres de la Libertad creyeron atraerse de
ese modo, entablando hasta cierto punto con ellos una espe­
cie de alianza tan monstruosa como malamente entendida y jus-
tísimamente criticada. En naciones como la nuestra, donde
tanto y tan triste influjo ejerce la empleo-manía en las contien­
das de los partidos, la conducta observada respecto á este pun­
to por los hombres del año 12, sobre ser en todo tiempo im­
política, merece al parecer ser tachada como un verdadero
alentado á la unión de los liberales en la época á que nos refe­
rimos, unión de que escusado es decir cuanto y cuanto nece­
sitaban las por el solo esfuerzo de los jóvenes recién salvadas