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mentarse del rudo golpe que acaban de recibir con el destier-
10de San Miguel, Manzanares y Velasco, los cuales dejaban un
hueco bastante difícil de llenar, el último sobretodo, no por­
que su despejo, que era grande, fuese en manera alguna su­
perior al de los demás confinados, sino por la importancia in­
herente al cargo que entonces tenia como gobernador de Ma­
drid. Así, la venganza tomada por los del gobiorno masónico,
limitóse á hostilizar al legítimo creándole por bajo de cuerda
todos los embarazos posibles, y escluyendo de su comunión á
los que como Toreno y Yandiola habian votado á favor de los
consejeros de la corona en la famosa sesión del 7. Con esto
quedó el gran Oriente, lo mismo que la Fontana, libre de
mezcla ministerial; pero no suspendió como esta el curso de
sus sesiones. Al votarse la ley represiva de las sociedades pa­
trióticas, crecieron como es de inferirla exasperación y la ira
de los del misterioso conciliábulo, mas no tanto que no se tem­
plasen al ver lo insuficiente de aquella y la estudiada modera­
ción con que transijiendo en seguida con los tribunos de la
Cruz de Malta, procedía por su parte el gobierno. También con­
tribuyó á minorar el encono de la masonería la reciente eleva­
ción de Valdés al puesto que habia dejado vacante el marqués
de las Amarillas, siendo aquel amigo de Riego y firmante de
la esposicion contra la disolución desús tropas, según ante­
riormente se ha dicho.
En este y otros actos de igual índole procedían los señores
:
nistros como quien se cae y se agarra, temiendo llevar al
balsa. i a p u r¡ a d e j o s e x ait a (j o s ? y aplicando por sí mismos el
lear, como ij^g qUe e n euos abrian. Tal manera de pasteducta,
parecía o* ^ ^ llamaba á su contradictoria conque
no enfrenaban la revolución