SÉ - DSpace CEU

AÑO 1814. SI
al rey? ¿Cómo puede contraerse con idénticas acciones mérito
y demérito, ser virtuoso y criminal, captarse la gracia y el
castigo? Roma no presenta un cuadro igual al que trazamos.
Tiberio, Galígula y Nerón entregaban á la muerte á los senadores
que se oponían á sus crueldades; pero nunca, habiendo
emitido sufragios iguales, elevaron al uno por lo mismo que
habían abatido la cerviz del otro.»
Tal era sin embargo la justicia que el intérprete de la sana
razón quería ejercer en España. El fiscal Zendoquiz, que en un
principio habia declarado la nulidad de los procedimientos,
arrastrado después como Segó vía, Dios sabe por qué motivos,
pidió al finque se derramase la sangre de varios de los procesados.
Los jueces se llenaron de estupor, tal vez por ser en su
mayoría reos de los mismos delitos sobre que eran llamados á
fallar, si era crimen haber pertenecido á la Asamblea anatematizada;
y esta circunstancia esplotada por los sectarios del absolutismo
para perder con mas seguridad á los representantes liberales
, fué acaso lo que mas sirvió á estos para no salir al
patíbulo. El grito de la conciencia pudo mas en sus juzgadores
que el miedo que tenian al rey, y hasta el traje que como
tales vestían les recordó tal vez que eran jueces, y que no
debían mancharse con asesinatos jurídicos. Dieron treguas, pues,
al asunto, y observando el ministerio sus dudas, y no pudiendo
por otra parte resistir las alegaciones presentadas por los
acusados contra un tribunal tan monstruoso, que hasta el mismo
Consejo de Castilla creyó de su deber alzar la voz oponiéndose
á su existencia, nombró otra comisión en su lugar, la cual fué
reformada á su vez por haberse mostrado indecisa lo mismo que
sus antecesoras, sin que por eso los últimos nombrados para
jueces, esto es, Sobrado, Vázquez, Várela y Valdecebro, pro-