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TIRIOS Y TROYANOS
mando militar de aquella plaza, obligándole á tomar la fuga,la
cual consiguió realizar no sin graves dificultades, salvando de
este modo su vida, amenazada hasta por las mugeres que jun­
tamente con los varones representaron contra su nombramiento.
No era de talante mejor la anarquía reinante en Barcelona, es­
citada par la sociedad patriótica existente en aquella ciudad, y
en cuyo demagógico seno fué herido un miliciano nacional por
decirse que era servil. Las Corles adoptaron varias medidas
con tan tristes y repetidos motivos, sobresaliendo entre ellas el
mensaje que acordaron enviar al monarca, pidiéndole que eli-
jíera autoridades mas amigas de la Libertad de lo que general­
mente lo eran las nombradas por los ministros, cuyo espíritu
de retroceso en esta materia no era posible desconocer. No sur-
tió efecto alguno este paso, prosiguiendo en consecuencia ade­
lante la violenta y general reacción contra los Retrates de que
el escritor Martignac acusa á Martínez de la Rosa y á sus cole­
gas de ministerio. Entretanto seguían aumentando la anar­
quía constitucional las publicaciones periódicas, distinguién­
dose El Zurriago y el Gorro por su insensata exagera­
ción, al paso que las bandas realistas iban en aumento cre­
ciente j¡ no sin que el ministerio por su parte aflojase en su per­
secución , como observa muy al caso Marliani en su Historia de
¡a España moderna. ¿Era que se proponía con esto contener
unos escesos con otros? ¿Era acaso su pensamiento dejar que
progresasen las facciones, para que creciendo el peligro que
amenazaba á la Constitución, fuese mas hacedera la reforma
que allá en su interior meditaba?
Si tal fué en efecto su idea, salióle mal, muy mal,mas que
mal: salióle pésimamente. Los trabajos de la Asamblea habian
proseguido tranquilos, ó con cierta calma alo menos, después de