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SÉ - DSpace CEU

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gunda, dotada de alma bella y de suyo inclinada al bien, conse­<br />

guiría hacerle, sino bueno, al menos algo mas tolerable. Nues­<br />

tros inocentísimos padres lleváronse en esto un gran chasco.<br />

Para alcanzar el anhelado fruto que de ese enlace se prometian,<br />

era necesario ante todo alejar del rey los espíritus tentadores<br />

que le precipitaban en el mal, porque ¿qué Don Juan de Ma­<br />

raña se ha dejado nunca guiar por los consejos del ángel bue­<br />

no, mientras el diablo por el lado opuesto le sopla la cizaña al<br />

oido? Así, era inútil esperar en Fernando modificación la mas<br />

leve, mientras sus corrompidos palaciegos levantasen entre él y<br />

su esposa una barrera como laque se oponiaal ascendiente de la<br />

real consorte. «La reina herida por su amor propio, dice la his­<br />

toria consabida, trabajaba para realizar esta transformación: estu­<br />

diaba los gustos y los caprichos de su marido, y sorprendíale al­<br />

gunas veces vestida de Andaluza, ó ataviada con aquellos trajes<br />

que mas airosos reputaba el rey. Entregada de este modo á la ar­<br />

dua empresa de captarse su alvedrío rodeado de tantas redes, lo­<br />

gró inspirar al monarca un cariño vehemente, pero no una pasión,<br />

porque los placeres, cayendo gota á gota sobre el corazón de<br />

Fernando, apagaban el ardor que encendían las gracias de Isa­<br />

bel, y el monarca habia por otra parle fijado en su mente el<br />

plan de no someterse al influjo de un privado ó de una esposa,<br />

creyendo asi evitar los errores de su padre, mientras que sin<br />

saberlo le encadenaban los manejos de su servidumbre. La rei­<br />

na conoció que sin el destierro de dos personas, Chamorro y el<br />

duque de Alagon, su triunfo era imposible; y estrellóse contra<br />

el deseo de alejarlos del real alcázar, porque sus ruegos no fueron<br />

oidos. La escena de humillación que mas adelante se represen­<br />

tó en el atrio del palacio, acabó de abrir sus ojos sobre el poder<br />

de los hechizos de sus rivales; y sumiéndose en un dolor tanto

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