Formaciones de Indianidad. Articulaciones Raciales ... - Cholonautas
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Deborah Poole<br />
201<br />
cen el reconocimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos culturales y políticos indígenas. 8<br />
La principal <strong>de</strong> estas reformas es la Ley <strong>de</strong> Derechos <strong>de</strong> los Pueblos<br />
Indígenas <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Oaxaca (1998), que reconoce el <strong>de</strong>recho a elegir<br />
funcionarios a través <strong>de</strong> “usos y costumbres” tradicionales que funcionan<br />
in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las estructuras políticas partidarias Junto<br />
con las reformas electorales, la legislación también incluye gestos<br />
significativos orientados al reconocimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y autonomías<br />
culturales. 9 No sobra <strong>de</strong>cir que, excepto por la cláusula políticamente<br />
conveniente <strong>de</strong> usos y costumbres, las leyes mencionadas no han<br />
implicado necesariamente el cumplimiento y aplicación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />
culturales en algún sentido integral o legal. En efecto, Oaxaca se encuentra<br />
en segundo lugar, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Chiapas, en términos <strong>de</strong>l número<br />
<strong>de</strong> prisioneros políticos indígenas y <strong>de</strong> territorios indígenas militarizados<br />
o semimilitarizados; y los pueblos indígenas continúan ubicados<br />
entre los sectores más pobres <strong>de</strong> la economía oaxaqueña (Amnistía Internacional<br />
1986; Chavela Rivas 2006; Human Rights Watch 1997, 1999;<br />
INEGI 2000; Red Oaxaqueña <strong>de</strong> Derechos Humanos 2006). Finalmente,<br />
tal como sugieren mis ejemplos iniciales, los pueblos indígenas están en<br />
su mayoría excluidos <strong>de</strong> los espectáculos folclóricos a través <strong>de</strong> los cuales<br />
el Estado oaxaqueño produce su reputación nacional e internacional<br />
<strong>de</strong> “cuna <strong>de</strong> la diversidad multicultural <strong>de</strong> México”. Tales exclusiones,<br />
por supuesto, son <strong>de</strong> larga data en México como en otras partes <strong>de</strong><br />
Latinoamérica; <strong>de</strong> hecho, sirven simplemente para confirmar el doble<br />
sentido <strong>de</strong> “pueblo”, que significa tanto la necesaria base colectiva <strong>de</strong><br />
8 El PRI todavía mantiene control <strong>de</strong>l gobierno estatal, a pesar <strong>de</strong> las fuertemente<br />
disputadas y fraudulentas elecciones <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong>l 2004, el amplio<br />
movimiento popular en contra <strong>de</strong>l actual gobernador Ulises Ruiz, y la histórica<br />
<strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l PRI en las elecciones nacionales <strong>de</strong> julio 2007. En septiembre<br />
<strong>de</strong>l 2004, el PRI también retomó el control <strong>de</strong>l gobierno municipal<br />
<strong>de</strong> la capital (Oaxaca <strong>de</strong> Juárez) y <strong>de</strong> otras importantes ciuda<strong>de</strong>s oaxaqueñas.<br />
9 La práctica <strong>de</strong> realizar elecciones a través <strong>de</strong> “usos y costumbres” prosperó<br />
a partir <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas indígenas presentadas al gobierno estatal en la<br />
década <strong>de</strong> los 90. A través <strong>de</strong> la legislación <strong>de</strong> una práctica que había estado<br />
en funcionamiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> por lo menos 1995, el gobierno PRI <strong>de</strong> Carrasco<br />
captó el crédito político al institucionalizar los “usos y costumbres” como<br />
parte <strong>de</strong> una maniobra mayor para apuntalar el apoyo al PRI entre los<br />
sectores indígenas. Así, aunque en el papel el número las municipalida<strong>de</strong>s<br />
controladas por el PRI bajó drásticamente <strong>de</strong> 535 (en 1989) a 112 en 1995<br />
(cuando las elecciones se realizaron por primera vez bajo “usos y costumbres”),<br />
su presencia permanente e incluso su predominancia en la política<br />
oaxaqueña sugiere que continuó controlando las presi<strong>de</strong>ncias municipales<br />
a través <strong>de</strong> lazos clientelistas que vinculan a las autorida<strong>de</strong>s “no partidarias”<br />
con el PRI. Acerca <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> “usos y costumbres” y la legislación<br />
sobre <strong>de</strong>rechos culturales en Oaxaca, véase: Anaya Muñoz 2004; Hernán<strong>de</strong>z<br />
Navarro (1999), Martínez (2005); Nahmad (2001), Poole (2006), Recondo<br />
(2001), y Velásquez (2000).