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El infierno de Gabriel_1

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dicho que no se le ocurriera escandalizarse, porque él todavía se<br />

sentía culpable por su horrible reacción.<br />

A pesar <strong>de</strong> todo, Rachel no estaba preparada para lo que vio. <strong>El</strong><br />

espacio era diminuto, <strong>de</strong>startalado y todo lo que contenía era <strong>de</strong><br />

segunda mano y barato. Todo menos las cortinas, la ropa <strong>de</strong> cama y<br />

las pocas cosas que Julia se había traído <strong>de</strong> casa.<br />

Rachel intentó disimular. Recorrió el estudio, lo que hizo en unos<br />

cinco pasos, miró <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l armario, examinó el lavabo y permaneció<br />

en el área <strong>de</strong> cocinar mirando el patético hornillo eléctrico y el<br />

<strong>de</strong>crépito microondas. Luego se cubrió la cara con las manos y se<br />

echó a llorar.<br />

Julia se quedó clavada en el suelo, sin saber qué hacer. Sabía<br />

que a su amiga la afectaba mucho la fealdad, pero había tratado <strong>de</strong><br />

que su apartamento estuviera lo más bonito posible. Por eso había<br />

usado el lila para la <strong>de</strong>coración. Pensaba que Rachel sabría<br />

apreciarlo.<br />

Poco <strong>de</strong>spués, ésta se recuperó. Secándose las lágrimas, se<br />

echó a reír, pero era una risa histérica.<br />

—Lo siento. Son las hormonas y la falta <strong>de</strong> sueño. Des<strong>de</strong> que<br />

murió mamá estoy muy sensible. Y luego está todo el tema <strong>de</strong> mi<br />

padre, Aaron y la boda. Oh, Julia. Ojalá pudiera llevarte conmigo a<br />

Fila<strong>de</strong>lfia. Hay tanto espacio libre en casa. Sólo la cocina ya es más<br />

gran<strong>de</strong> que tu estudio.<br />

<strong>El</strong>la la abrazó con fuerza hasta que Rachel se echó a reír.<br />

—<strong>Gabriel</strong> me dijo que eras muy exigente con el té. Se quedó<br />

impresionado con tu manera <strong>de</strong> prepararlo. Y ya sabes lo mucho que<br />

cuesta impresionarlo. Así que voy a acurrucarme en tu bonita cama lila<br />

y a apren<strong>de</strong>r a prepararlo —dijo, <strong>de</strong>jándose caer sobre la colcha,<br />

colocándose la caja sobre las rodillas y tratando <strong>de</strong> mostrarse contenta<br />

para no entristecer a su amiga.<br />

A Julia la sorprendió que <strong>Gabriel</strong> se acordara <strong>de</strong>l té, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

lo muy ocupado que había estado ese día criticando sus hábitos<br />

alimenticios. Pero trató <strong>de</strong> no pensar en ello y centrarse en Rachel.<br />

Quería que se sintiera cómoda y se olvidara <strong>de</strong> sus problemas por un<br />

rato. Pronto estuvieron las dos sentadas en la cama, con una taza <strong>de</strong><br />

té en la mano y comiendo trufas que Julia había comprado con los<br />

fondos <strong>de</strong> emergencia.<br />

—Tengo que contarte algo sobre <strong>Gabriel</strong> —dijo Rachel, pasando<br />

un <strong>de</strong>do por el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la taza.<br />

—No quiero oírlo.

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