05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

eso y se centró en el aroma que era únicamente suyo. <strong>Gabriel</strong> tenía un<br />

olor muy masculino y potencialmente peligroso.<br />

—Hay un cuadro <strong>de</strong> un pintor llamado Holiday. Te pareces<br />

mucho a su Beatriz —añadió él y, cogiéndole la mano, se llevó sus<br />

pálidos <strong>de</strong>dos a los labios, besándoselos con veneración.<br />

—Tu familia te quiere. Deberías hacer las paces con ellos.<br />

—Julia no sabía <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> habían salido aquellas palabras.<br />

<strong>Gabriel</strong> se limitó a abrazarla con más fuerza.<br />

—No son mi familia. No la <strong>de</strong> verdad. A<strong>de</strong>más, es <strong>de</strong>masiado<br />

tar<strong>de</strong>, Beatriz.<br />

<strong>El</strong>la se sobresaltó al oírlo llamarla así. Realmente había bebido<br />

<strong>de</strong>masiado. Pero ni siquiera entonces apartó la cabeza que<br />

<strong>de</strong>scansaba en su hombro. Poco <strong>de</strong>spués, <strong>Gabriel</strong> llamó su atención<br />

acariciándole el brazo.<br />

—No has cenado.<br />

Julia negó con la cabeza.<br />

—No.<br />

—¿Quieres que te dé <strong>de</strong> cenar?<br />

A regañadientes, levantó la vista para mirarlo. Él sonrió y,<br />

bajando <strong>de</strong> la roca, se acercó a uno <strong>de</strong> los pocos manzanos que<br />

sobrevivían. Estudió los frutos y escogió el más gran<strong>de</strong> y rojo que<br />

encontró. Luego cogió otro más pequeño y se lo guardó en el bolsillo<br />

mientras regresaba a su lado.<br />

—Beatriz —dijo, ofreciéndole la manzana.<br />

<strong>El</strong>la se la quedó mirando, hipnotizada, como si se tratara <strong>de</strong> un<br />

tesoro.<br />

<strong>Gabriel</strong> se echó a reír y la movió <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sus ojos, como<br />

habría hecho un niño con un azucarillo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> un poni. Julia cogió<br />

la manzana y se la llevó a la boca, mordiéndola con <strong>de</strong>cisión.<br />

Él observó cómo lo hacía; observó cómo tragaba. Luego volvió a<br />

su lado en la roca y la abrazó <strong>de</strong> nuevo, aparentemente satisfecho.<br />

Manteniéndole la cabeza apretada contra su hombro con <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za,<br />

se sacó la otra manzana <strong>de</strong>l bolsillo y se la comió.<br />

Se quedaron allí quietos mientras el sol se ponía. Cuando el<br />

claro estuvo a punto <strong>de</strong> quedar envuelto en sombras, <strong>Gabriel</strong> extendió<br />

la manta sobre la hierba.<br />

—Ven, Beatriz —la invitó, tendiéndole la mano.<br />

Julia sabía que era una locura sentarse con él en la manta, pero<br />

lo hizo igualmente. Estaba enamorada <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera vez<br />

que Rachel le enseñó una foto suya. Sin po<strong>de</strong>r resistirse, había robado

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!