05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

coeficiente intelectual. <strong>Gabriel</strong> dice que no eres <strong>de</strong>masiado lista,<br />

Julianne.<br />

Y sonrió triunfalmente al ver que Julia agachaba la cabeza,<br />

sintiéndose insignificante. Paul se apoyó en los talones. No iba a<br />

pegarle a Christa; sólo iba a asegurarse <strong>de</strong> que se callara <strong>de</strong> una vez.<br />

Tal vez pudiese llevarla a rastras hasta la salida. Pero al final no tuvo<br />

que hacer nada.<br />

—¿Ah, sí? ¿Y qué más dice <strong>Gabriel</strong>, si se pue<strong>de</strong> saber?<br />

Los tres estudiantes se volvieron a la vez hacia el especialista en<br />

Dante <strong>de</strong> ojos azules que se había acercado a ellos sin que se dieran<br />

cuenta. No sabían cuánto tiempo llevaba allí ni lo que había oído, pero<br />

tenía la mirada brillante y no podía escon<strong>de</strong>r su enfado con Christa.<br />

Era como una nube <strong>de</strong> tormenta que crecía amenazadoramente. Por<br />

suerte, pensó Julia, esa vez no avanzaba en su dirección.<br />

«<strong>El</strong> picor en mi pulgar me dice que algo malo está a punto <strong>de</strong><br />

llegar», pensó Paul, recordando el famoso verso <strong>de</strong> Macbeth.<br />

—Paul —lo saludó <strong>Gabriel</strong> con frialdad, mirando<br />

intencionadamente hacia el espacio cada vez mayor que separaba a<br />

Julianne <strong>de</strong> su ayudante <strong>de</strong> investigación.<br />

«¡Follaángeles! Ajá. Así está mejor. Las manos lejos <strong>de</strong>l ángel,<br />

<strong>de</strong>sgraciado.»<br />

—Señorita Mitchell, es un placer verla. —<strong>Gabriel</strong> esbozó una<br />

sonrisa un poco forzada—. La veo estupendamente, como siempre.<br />

«Sí, ángel <strong>de</strong> ojos castaños, he oído lo que te ha dicho. No te<br />

preocupes. Yo me encargo <strong>de</strong> ella.»<br />

—Señorita Peterson —dijo <strong>Gabriel</strong> al fin, indicándole a Christa<br />

que lo siguiera con un gesto, como si fuera un perro.<br />

«Has mirado a Julia como si fuera basura. No lo volverás a<br />

hacer. Me aseguraré personalmente <strong>de</strong> ello.»<br />

Julia vio que él rechazaba el café que Christa le había comprado<br />

y que se dirigía al mostrador para pedir otra cosa. Vio también que los<br />

hombros <strong>de</strong> la chica se estremecían <strong>de</strong> rabia.<br />

Paul se volvió hacia Julia y suspiró.<br />

—¿Dón<strong>de</strong> nos habíamos quedado?<br />

<strong>El</strong>la respiró hondo y <strong>de</strong>jó pasar unos instantes antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir lo<br />

que sabía que tenía que <strong>de</strong>cir.<br />

—No he <strong>de</strong>bido besarte. Lo siento —se disculpó, mirando el<br />

maletín para no mirarlo a la cara.<br />

—Yo no lo siento. Sólo siento que lo sientas —replicó Paul,<br />

acercándose y mirándola con una sonrisa—. Pero no pasa nada. No

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!