05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

contra su pecho.<br />

Julia no dijo nada, sintiendo cómo sus últimos vestigios <strong>de</strong><br />

autocontrol la abandonaban. Estaba agotada. <strong>Gabriel</strong> la había agotado<br />

y había diezmado su resistencia. Tal vez había sido el champán. O las<br />

emociones <strong>de</strong>l día. O su explosivo encuentro en el <strong>de</strong>spacho. No<br />

importaba la causa. Ya no tenía fuerzas para seguir resistiendo. <strong>El</strong><br />

corazón le latía acelerado. Las entrañas se le <strong>de</strong>rretían por el calor<br />

que le recorría el cuerpo. En el vientre sintió el aleteo nada sutil <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>seo.<br />

«Me consumirá, en cuerpo y alma.»<br />

En sus sueños, siempre le entregaba la virginidad a <strong>Gabriel</strong>.<br />

Pero no <strong>de</strong> ese modo. No con ese sentimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperanza ni con<br />

esa mirada inclasificable en sus ojos.<br />

Él la cogió en brazos, la llevó hasta su dormitorio y la <strong>de</strong>positó<br />

suavemente sobre la gran cama medieval. Encendió unas cuantas<br />

velas y las colocó alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la misma, en las mesitas <strong>de</strong> noche, en<br />

el vestidor, en la cómoda, bajo el retrato <strong>de</strong> Dante y Beatriz. Tras<br />

apagar todas las luces <strong>de</strong> la casa, <strong>de</strong>sapareció en el cuarto <strong>de</strong> baño.<br />

Julia quiso aprovechar la ocasión para mirar <strong>de</strong> nuevo las<br />

fotografías en blanco y negro, pero habían <strong>de</strong>saparecido. Las pare<strong>de</strong>s<br />

estaban <strong>de</strong>snudas, con la excepción <strong>de</strong> la reproducción <strong>de</strong>l cuadro <strong>de</strong><br />

Holiday. Seis alcayatas eran los únicos testigos <strong>de</strong> la previa presencia<br />

<strong>de</strong> las fotos.<br />

«¿Por qué las habrá quitado? ¿Y cuándo?»<br />

Se alegraba <strong>de</strong> que lo hubiera hecho. Estaba segura <strong>de</strong> que a la<br />

luz <strong>de</strong> las velas habrían tenido un aspecto amenazador, casi satánico,<br />

mostrando <strong>de</strong> manera cruda lo que sería su <strong>de</strong>stino, ya sellado. Sería<br />

un nuevo ser <strong>de</strong>snudo, sin nombre, sin rostro, sin alma... Sólo le<br />

quedaba esperar que la última foto, la más agresiva <strong>de</strong> las seis, no<br />

fuera lo que él tenía en mente para su primera vez.<br />

¿Sería eso lo que querría? ¿Lo que le exigiría? ¿Le arrancaría la<br />

ropa, la pondría boca abajo en la cama, se clavaría en ella por<br />

<strong>de</strong>trás... sin ni siquiera mirarla a los ojos mientras le arrebataba la<br />

virginidad, sin besos, sin hacer el amor...? ¿Habría sólo agresión y<br />

dominación? Lo único que sabía <strong>de</strong> sus gustos sexuales era lo que<br />

había visto en las fotografías. Eso y que había <strong>de</strong>scrito lo que hacía<br />

con las mujeres que llevaba a su casa como «follar».<br />

A medida que el pánico se apo<strong>de</strong>raba <strong>de</strong> ella, la respiración se le<br />

aceleraba. Oyó una voz conocida en su cabeza burlándose y hablando<br />

<strong>de</strong> follar como animales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!