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El infierno de Gabriel_1

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<strong>El</strong>la puso los ojos en blanco. Le apetecía mucho ponerse en plan<br />

revanchista. Le apetecía preguntarle a su padre si él habría perdonado<br />

a su madre si hubiera presenciado lo que ella misma vio una tar<strong>de</strong> al<br />

volver a casa: a su madre doblada encima <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> la cocina,<br />

con uno <strong>de</strong> sus amigos <strong>de</strong>trás. Pero no era una persona vengativa, así<br />

que no lo hizo.<br />

—Papá, que sea el hijo <strong>de</strong> un senador no quiere <strong>de</strong>cir que no<br />

pueda ser un hijo <strong>de</strong> puta al mismo tiempo. Lo nuestro está roto. No se<br />

pue<strong>de</strong> reparar, créeme.<br />

Tom soltó el aire ruidosamente.<br />

—De acuerdo. ¿Cuándo llegarás?<br />

—<strong>El</strong> jueves.<br />

—¿Vendrás con Rachel y Aaron?<br />

—Ése es el plan. Y con <strong>Gabriel</strong> también —respondió ella,<br />

tratando <strong>de</strong> sonar convincente.<br />

—Mantente cerca <strong>de</strong> Aaron y alejada <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong>.<br />

—¿Por qué?<br />

—Es una manzana podrida. Me sorpren<strong>de</strong> que no esté en la<br />

cárcel. Menos mal que se trasladó a Canadá.<br />

Julia negó con la cabeza.<br />

—Si fuera un <strong>de</strong>lincuente, los canadienses no le habrían dado<br />

visado <strong>de</strong> trabajo.<br />

—Los canadienses <strong>de</strong>jan entrar a todo el mundo. Hasta a los<br />

terroristas.<br />

Julia suspiró resignada y empezó a concretar con él los <strong>de</strong>talles<br />

<strong>de</strong> su visita esperando que, por una vez en su vida, su padre<br />

cumpliera sus promesas.<br />

Tras otro seminario durante el cual Christa no paró <strong>de</strong> coquetear<br />

abiertamente con <strong>Gabriel</strong>, Julia volvió a su apartamento con Paul, que<br />

seguía igual <strong>de</strong> amable y simpático con ella. Comentaron el nuevo<br />

vestuario y las botas <strong>de</strong> tacón <strong>de</strong> Christa, cuyo estilo podría bautizarse<br />

como: «Deja que te seduzca antes <strong>de</strong> que me suspendas». Al llegar a<br />

la puerta, se <strong>de</strong>spidieron. Julia se preparó una cena sencilla a base <strong>de</strong><br />

sopa <strong>de</strong> pollo con fi<strong>de</strong>os y té Lady Grey y se la tomó admirando sus<br />

regalos <strong>de</strong> cumpleaños.<br />

Tras la interrupción <strong>de</strong> Simon, <strong>Gabriel</strong> le había dado una copa <strong>de</strong><br />

vino y había insistido en que se relajara junto al fuego mientras él<br />

servía la cena. Tras ésta, había encendido las velas <strong>de</strong>l pastel y le<br />

había dado sus regalos antes <strong>de</strong> irse juntos a la cama.

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