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El infierno de Gabriel_1

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Piénsalo.<br />

Te quiero, niñita,<br />

Aaron<br />

Julia se secó una lágrima ante su dulzura y al verlo feliz y<br />

aliviado porque su prometida y él seguían juntos y muy enamorados.<br />

Julia daría cualquier cosa por ser amada <strong>de</strong> esa manera.<br />

Se preguntó por qué la amable oferta <strong>de</strong> Aaron no le había<br />

parecido caridad. Se estaba planteando seriamente aceptarla. Pensó<br />

en Grace. <strong>El</strong>la tenía razón. Cuando no hay contrapartidas y un regalo<br />

se ofrece <strong>de</strong> corazón, no hay nada vergonzoso en aceptarlo. Si<br />

aceptaba el billete <strong>de</strong> avión ofrecido por Aaron, podría estar presente<br />

en la primera cena <strong>de</strong> Acción <strong>de</strong> Gracias tras la muerte <strong>de</strong> Grace y<br />

<strong>de</strong>volver la beca.<br />

Al pensar en Grace, se preguntó si sería útil rogarle a ésta tanto<br />

por ella como por <strong>Gabriel</strong>. Grace era una auténtica santa, una madre<br />

celestial que sin duda enviaría ayuda a sus hijos. Mientras santa Lucía<br />

estaba <strong>de</strong> vacaciones con su amado Aaron, Julia dirigió su atención a<br />

los cielos y le pidió a Grace que intercediera por las vidas <strong>de</strong> todos<br />

ellos y encendió una vela en su memoria en la ventana <strong>de</strong> su pequeño<br />

estudio, aquella fría noche <strong>de</strong> viernes. Antes <strong>de</strong> meterse en la cama<br />

con su conejito <strong>de</strong> peluche, <strong>de</strong>cidió aceptar el regalo <strong>de</strong> Aaron como<br />

prueba <strong>de</strong> su nueva actitud hacia la caridad y su capacidad <strong>de</strong><br />

tragarse el orgullo cuando era necesario. Lo que significaba que su<br />

pecado capital no era tan capital.<br />

En ausencia <strong>de</strong> Paul, Julia se encontró con que el sábado se le<br />

hacía muy largo y acabó yendo a trabajar en su propuesta <strong>de</strong> proyecto<br />

al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> <strong>El</strong> Profesor en la biblioteca. Parte <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>seaba que<br />

<strong>Gabriel</strong> volviera a sorpren<strong>de</strong>rla allí, pero no sucedió. Recordó sus<br />

palabras <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida: «Nos veremos el miércoles... si sigo aquí».<br />

A pesar <strong>de</strong> lo que Rachel le había dicho, era muy posible que<br />

tuviera novia. Recordó que le había asignado a la tal Paulina el tono<br />

<strong>de</strong> llamada <strong>de</strong> las campanadas <strong>de</strong> Big Ben. ¿Viviría en Londres?<br />

¿Sería inglesa? ¿O tendría alguna relación con el repique <strong>de</strong> las<br />

campanas? Buscó la historia <strong>de</strong>l Big Ben en la Wikipedia, pero no<br />

encontró nada particularmente revelador. (Lo que suele suce<strong>de</strong>r<br />

muchas veces con Wikipedia.)<br />

Julia no era tan inocente como <strong>Gabriel</strong> pensaba. Sabía que él no<br />

era virgen. Ya no lo era cuando lo conoció. Pero una cosa era saberlo<br />

y otra que te lo restregaran por la cara.

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