05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

»Estoy harto <strong>de</strong> estar enfadado contigo. Durante estos diez días,<br />

he pasado tanto tiempo enfadado que tengo enfado para el resto <strong>de</strong> mi<br />

vida. No necesito más. Vamos a sentarnos y a mantener la<br />

conversación que <strong>de</strong>bimos tener hace diez días. Y no pienso per<strong>de</strong>rte<br />

<strong>de</strong> vista hasta entonces. Fin <strong>de</strong> la charla.<br />

Con una mirada, Julia se dio cuenta <strong>de</strong> que no le serviría <strong>de</strong><br />

nada discutir. Mientras <strong>Gabriel</strong> la guiaba por una puerta lateral y por<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l edificio, sacó el móvil y le envió un mensaje a Paul,<br />

sintiéndose culpable. Le dijo que estaba bien, pero que se sentía<br />

<strong>de</strong>masiado avergonzada como para hablar con nadie, por lo que se<br />

iba a casa.<br />

Paul había estado esperando a Julia escondido junto a los<br />

ascensores. Se había acercado un par <strong>de</strong> veces a la puerta <strong>de</strong> la<br />

oficina <strong>de</strong> Emerson, pero no había oído nada. No quería provocar la<br />

ira <strong>de</strong> <strong>El</strong> Profesor montando guardia frente al <strong>de</strong>spacho .<br />

En cuanto recibió el mensaje, volvió corriendo allí, pero ya no<br />

encontró a nadie. Bajó la escalera a la carrera, esperando alcanzarla.<br />

<strong>Gabriel</strong> entró <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> Julia.<br />

—¿Has comido este mediodía?<br />

—No me acuerdo.<br />

—¡Julianne! ¿Y esta mañana?<br />

—Me he tomado un café...<br />

<strong>Gabriel</strong> maldijo entre dientes.<br />

—Tienes que cuidarte mejor. No me extraña que estés tan<br />

pálida. Ven.<br />

La llevó hasta la butaca <strong>de</strong> terciopelo rojo <strong>de</strong>l salón y la hizo<br />

sentarse, levantándole los pies con <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za y colocándoselos sobre<br />

la otomana.<br />

—No hace falta. Puedo sentarme en la cocina, contigo.<br />

Él le <strong>de</strong>dicó una mirada firme pero cariñosa mientras encendía la<br />

chimenea <strong>de</strong> gas. Luego le acarició la cabeza, apartándole el pelo <strong>de</strong><br />

la cara.<br />

—Don<strong>de</strong> están mejor las gatitas en un día como éste es<br />

acurrucadas junto al fuego. Estás más cómoda aquí que en un<br />

taburete. Voy a prepararte la cena, pero necesito salir un momento a<br />

comprar un par <strong>de</strong> cosas. ¿Puedo <strong>de</strong>jarte sola?<br />

—Por supuesto, <strong>Gabriel</strong>. No soy una inválida.<br />

—Si tienes <strong>de</strong>masiado calor, dale al interruptor y el Averno se<br />

apagará.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!