05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Gabriel</strong> gruñó, pero no se <strong>de</strong>tuvo. Julia notó que su miembro<br />

empezaba a tensarse contra su muslo <strong>de</strong>snudo.<br />

Él le recorrió el costado con la mano, <strong>de</strong>teniéndose unos<br />

instantes en su pecho antes <strong>de</strong> seguir bajando hasta la ca<strong>de</strong>ra. Le<br />

gustaba que la camiseta <strong>de</strong> tirantes y los pantalones cortos <strong>de</strong> Rachel<br />

le apretaran un poco, marcando sus curvas y <strong>de</strong>jando una buena<br />

cantidad <strong>de</strong> piel al <strong>de</strong>scubierto en los hombros y el escote. Incluso en<br />

la penumbra era preciosa.<br />

De pronto, Julia se encontró tumbada <strong>de</strong> espaldas, con <strong>Gabriel</strong><br />

apoyado en los antebrazos encima <strong>de</strong> ella. Cuando él le apoyó la<br />

rodilla entre las piernas, las separó <strong>de</strong> buena gana.<br />

Julia quería más. Necesitaba más. Respiraba<br />

entrecortadamente, pero sus <strong>de</strong>dos se negaban a soltarle el pelo,<br />

obligándolo a seguir besándola.<br />

<strong>Gabriel</strong> respondió acariciándole los pechos por encima <strong>de</strong> la<br />

camiseta, aplicando la presión necesaria para excitarla, pero no la<br />

suficiente como para satisfacerla. Pero en seguida se reprimió y se<br />

apartó, apoyándose en un codo.<br />

Actuando por instinto, Julia se cogió la camiseta y trató <strong>de</strong><br />

quitársela por la cabeza.<br />

<strong>Gabriel</strong> la sujetó por la muñeca, impidiéndoselo. La besó y<br />

pronto volvieron a provocarse, excitándose mutuamente con la lengua<br />

e intercambiando alientos. Cuando él le soltó la mano para acariciarle<br />

el muslo y colocarle luego la pierna alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> su ca<strong>de</strong>ra, Julia<br />

aprovechó que tenía las manos libres para tratar <strong>de</strong> quitarse la<br />

camiseta una vez más, retorciéndose bajo el torso <strong>de</strong>snudo <strong>de</strong><br />

<strong>Gabriel</strong>.<br />

Esta vez, él la sujetó con ambas manos.<br />

—Julianne —ja<strong>de</strong>ó casi sin aliento—, por favor... para.<br />

Echándose hacia atrás, se arrodilló en la cama tratando <strong>de</strong><br />

calmarse.<br />

—¿No... te apetece? —La voz <strong>de</strong> ella, tan sincera e inocente, le<br />

llegó al corazón, retorciéndoselo.<br />

<strong>Gabriel</strong> cerró los ojos y negó con la cabeza. Con su respuesta,<br />

un dique se abrió en la memoria <strong>de</strong> Julia, <strong>de</strong>jando escapar todas las<br />

crueles palabras que Simon le había dicho: «Zorra estúpida. Vas a ser<br />

un <strong>de</strong>sastre en la cama. Eres frígida. Ningún hombre va a querer<br />

acostarse contigo».<br />

Rodó hasta el extremo <strong>de</strong> la cama y se sentó. Quería irse <strong>de</strong> la<br />

habitación antes <strong>de</strong> que se le escapara algún sollozo. Pero antes <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!