05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Simon lo tiene engañado, igual que tiene engañados a todos<br />

los <strong>de</strong>más. Papá cree que es un malentendido.<br />

—¿Y por qué <strong>de</strong>monios cree eso? Eres su hija, por el amor <strong>de</strong><br />

Dios.<br />

—A él, Simon le gustaba mucho. Y no sabe lo que pasó entre<br />

nosotros.<br />

—¿Por qué no se lo contaste?<br />

Julia se volvió hacia él con una mirada <strong>de</strong>sesperada.<br />

—Porque no quiero que lo sepa. No me creería. Ya perdí a mi<br />

madre. No quiero per<strong>de</strong>r también a mi padre.<br />

—Julia, ¿cómo iba a abandonarte tu padre por romper con tu<br />

novio?<br />

—Lleva toda la vida observándome para ver si acabo como mi<br />

madre. No quiero que me vea así. Es la única familia que me queda.<br />

Cerrando los ojos, <strong>Gabriel</strong> apoyó la cabeza en el asiento.<br />

—Si ese chico te obligó a hacer cosas contra tu voluntad, si te<br />

atacó o si abusó <strong>de</strong> ti, tienes que contárselo a tu padre. Él tiene que<br />

saberlo.<br />

—Demasiado tar<strong>de</strong>.<br />

<strong>Gabriel</strong> abrió los ojos y, volviéndose hacia ella, le sujetó la cara<br />

entre las manos.<br />

—Julia, escúchame bien. Algún día vas a tener que contárselo a<br />

alguien.<br />

<strong>El</strong>la parpa<strong>de</strong>ó para no llorar.<br />

—Lo sé.<br />

—Me gustaría ser la persona a la que se lo explicaras.<br />

Julia asintió, pero no le prometió nada.<br />

Inclinándose, <strong>Gabriel</strong> le dio un casto beso en los labios.<br />

—Vamos. Nos estarán esperando.<br />

Al cruzar el umbral, ella se sintió... rara. Los muebles seguían en<br />

el mismo sitio <strong>de</strong> siempre y la <strong>de</strong>coración no había cambiado, excepto<br />

por la ausencia <strong>de</strong> flores frescas, que Grace siempre colocaba en un<br />

gran jarrón, en una mesita a la entrada. Pero ahora, sólo entrar y mirar<br />

a su alre<strong>de</strong>dor, se dio cuenta <strong>de</strong> que la casa estaba vacía, fría y<br />

solitaria, a pesar <strong>de</strong> estar llena <strong>de</strong> gente. Grace había sido el corazón<br />

<strong>de</strong> aquella familia y todo el mundo notaba su ausencia.<br />

Julia se estremeció. Instintivamente, <strong>Gabriel</strong> le puso la mano en<br />

la parte baja <strong>de</strong> la espalda —una suave presión, un calor<br />

tranquilizador— hasta que el escalofrío <strong>de</strong>sapareció. Ni siquiera se<br />

habían mirado. Cuando él apartó la mano, ella sintió su ausencia. Se

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!