05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—No... no lo sé.<br />

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó él, bajando las<br />

manos.<br />

—Ejem... no lo sé —respondió, tratando <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertarse y <strong>de</strong><br />

recordar al mismo tiempo.<br />

—¿Estás con Paul?<br />

—No.<br />

<strong>Gabriel</strong> sintió un gran alivio.<br />

—¿Cómo has entrado? Éste es mi <strong>de</strong>spacho.<br />

Julia lo miró a los ojos para juzgar su estado <strong>de</strong> ánimo.<br />

«Me he metido en un lío. Y Paul también. De ésta nos expulsan<br />

a los dos.»<br />

Se movió bruscamente hacia a<strong>de</strong>lante, tirando la silla al suelo y,<br />

ya <strong>de</strong> paso, una pila <strong>de</strong> libros cercanos. Un montón <strong>de</strong> notas sueltas<br />

salieron volando y empezaron a caer a su alre<strong>de</strong>dor como copos <strong>de</strong><br />

papel <strong>de</strong> rayas. <strong>Gabriel</strong> pensó que parecía un ángel <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

bola <strong>de</strong> nieve.<br />

«Preciosa», pensó.<br />

<strong>El</strong>la se agachó y empezó a recogerlo todo apresuradamente,<br />

mientras repetía unas palabras <strong>de</strong> disculpa como una letanía. <strong>Gabriel</strong><br />

reconoció algunas <strong>de</strong> las palabras que iba diciendo como si estuviera<br />

rezando el rosario: «Paul me prestó la llave, lo siento, lo siento<br />

mucho».<br />

De una sola zancada, él se plantó a su lado y le puso una mano<br />

en el hombro.<br />

—Quieta. No pasa nada. Eres bienvenida aquí.<br />

Julia cerró los ojos y trató <strong>de</strong> calmarse, pero era muy difícil.<br />

Tenía miedo <strong>de</strong> que <strong>El</strong> Profesor perdiera los nervios y echara a Paul<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>spacho para siempre.<br />

<strong>Gabriel</strong> inspiró con fuerza y ella abrió los ojos. Al ver que tenía<br />

su mano en el hombro, la mirada se le nubló.<br />

Él se le acercó más y la miró a la cara.<br />

—Julianne, estás pálida. ¿Te encuentras bien?<br />

<strong>Gabriel</strong> no sabía qué hacer. ¿Por qué ella actuaba <strong>de</strong> un modo<br />

tan raro? Tal vez estaba débil por falta <strong>de</strong> comida, o no se había<br />

<strong>de</strong>spertado <strong>de</strong>l todo. O quizá fuera por el calor. Hacía <strong>de</strong>masiado calor<br />

en el <strong>de</strong>spacho y ella se había dormido con la calefacción encendida.<br />

<strong>Gabriel</strong> la sujetó justo cuando Julia se <strong>de</strong>smayaba. La ro<strong>de</strong>ó con sus<br />

brazos y la apretó contra su pecho. No estaba inconsciente. No <strong>de</strong>l<br />

todo al menos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!