05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

fuiste a Harvard?<br />

—No quería venir aquí —susurró Julia como si se sintiera<br />

culpable—. Sabía que me lo encontraría. Pero no me quedó otro<br />

remedio. En Saint Joseph me en<strong>de</strong>udé mucho con préstamos <strong>de</strong><br />

estudiante. Debo varios miles <strong>de</strong> dólares y no podía seguir<br />

en<strong>de</strong>udándome para ir a Harvard. Así que <strong>de</strong>cidí hacer el curso aquí y<br />

volver a solicitar una beca más generosa para el curso que viene. Si<br />

me la conce<strong>de</strong>n, podré ir sin tener que pedir más dinero.<br />

Paul asintió con la cabeza. Mientras Julia volvía a concentrarse<br />

en examinar los libros que tenía <strong>de</strong>lante, él la observó. Al parecer, no<br />

se había dado cuenta <strong>de</strong> lo que acababa <strong>de</strong> confesar. Lo que había<br />

dicho sin darse cuenta era mucho más revelador que la razón por la<br />

que supuestamente no había ido a Harvard.<br />

Mientras Julia abría y cerraba los polvorientos volúmenes, con<br />

los ojos muy abiertos y una sonrisa en sus <strong>de</strong>liciosos labios, Paul se<br />

dio cuenta <strong>de</strong> que el apodo que le había puesto era mucho más<br />

a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> lo que pensaba en un principio. Julia era como un conejo<br />

asustado en medio <strong>de</strong> un prado o una carretera, pero también le<br />

recordó mucho a <strong>El</strong> conejo <strong>de</strong> terciopelo.<br />

Paul no lo reconocería nunca y si alguien se lo preguntara,<br />

mentiría mirando a los ojos <strong>de</strong>l interlocutor y juraría que no sabía <strong>de</strong><br />

qué le estaban hablando, pero ése era uno <strong>de</strong> los cuentos favoritos <strong>de</strong><br />

Allison. Al principio <strong>de</strong> su relación, ella le había pedido que lo leyera<br />

para po<strong>de</strong>r enten<strong>de</strong>rla mejor. Y Paul, el granjero <strong>de</strong> Vermont <strong>de</strong> más<br />

<strong>de</strong> noventa kilos <strong>de</strong> peso, se había leído el maldito libro a escondidas<br />

porque la amaba.<br />

Y, aunque nunca lo reconocería, le había encantado.<br />

Al mirar a Conejito, tuvo la sensación <strong>de</strong> que estaba esperando<br />

<strong>de</strong>sesperadamente convertirse en un ser real. Y también que alguien<br />

la amara. Pero la larga espera se había cobrado su precio. No en su<br />

aspecto físico, que era muy atractivo —aunque para el gusto <strong>de</strong> Paul<br />

estaba <strong>de</strong>masiado pálida y <strong>de</strong>lgada, algo que una buena ración <strong>de</strong><br />

productos <strong>de</strong> Vermont solucionaría rápidamente—, sino en su alma,<br />

que era bonita pero triste.<br />

Él nunca se había parado a pensar en el tema <strong>de</strong>l alma hasta<br />

que había conocido a Conejito. Pero ahora que la conocía, era un<br />

creyente fervoroso. Esperaba que algún día consiguiera lo que<br />

<strong>de</strong>seaba; que alguien la amara para que <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> ser un conejito<br />

asustado y se convirtiera en otra cosa. En alguien más valiente. Y más<br />

feliz.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!