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El infierno de Gabriel_1

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—Todo el mundo sabe que los <strong>de</strong>vaneos <strong>de</strong> Dante eran<br />

anónimos y sórdidos. Solía requerir los servicios <strong>de</strong> alguna mujer en...<br />

el mercado <strong>de</strong> la carne, si no me equivoco. Y luego las echaba <strong>de</strong> su<br />

vida <strong>de</strong> una patada. No me parece que ese tipo <strong>de</strong> hombre pudiera<br />

resultarle atractivo a Beatriz. Por no mencionar que él tenía una<br />

amante llamada Paulina.<br />

Diez pares <strong>de</strong> ojos se volvieron bruscamente hacia ella. Julia se<br />

ruborizó, pero siguió hablando, algo alterada:<br />

—Una vez leí que una estudiosa <strong>de</strong> Fila<strong>de</strong>lfia había encontrado<br />

pruebas <strong>de</strong> su relación. Si Beatriz no apreciaba a Dante lo suficiente y<br />

lo rechazó más a<strong>de</strong>lante, creo que no le faltaban motivos. Era un<br />

mujeriego, cruel y egoísta, que trataba a las mujeres como juguetes<br />

para divertirse.<br />

A esas alturas, tanto Paul como Christa se estaban preguntando<br />

qué le había pasado a ese seminario. Ninguno <strong>de</strong> ellos había oído<br />

hablar nunca <strong>de</strong> una experta en Dante <strong>de</strong> Fila<strong>de</strong>lfia ni <strong>de</strong> una amante<br />

llamada Paulina. Ambos se prometieron que, en a<strong>de</strong>lante, pasarían<br />

más tiempo en la biblioteca.<br />

<strong>Gabriel</strong> la fulminó con la mirada.<br />

—Creo que sé a qué estudiosa se refiere, pero no es <strong>de</strong><br />

Fila<strong>de</strong>lfia, sino <strong>de</strong> un pueblucho <strong>de</strong> Pensilvania. Y no sabe <strong>de</strong> lo que<br />

habla, así que <strong>de</strong>bería ser más pru<strong>de</strong>nte a la hora <strong>de</strong> pronunciarse<br />

sobre esos temas.<br />

Las mejillas <strong>de</strong> Julia estaban casi en llamas.<br />

—Ésa es una objeción ad hóminem, un ataque personal. Su<br />

lugar <strong>de</strong> nacimiento no le resta ninguna credibilidad. Dante y su familia<br />

también eran originarios <strong>de</strong> un pueblucho. Aunque a él le costara<br />

admitirlo.<br />

—Yo no llamaría a la Florencia <strong>de</strong>l siglo XIV un pueblucho. Y<br />

respecto a lo <strong>de</strong> la amante, esa investigación es muy chapucera. Diría<br />

más, lo que dice esa mujer es una tontería. No hay ni una sola prueba<br />

que <strong>de</strong>muestre su teoría.<br />

—Yo no lo <strong>de</strong>scartaría tan radicalmente, profesor, a no ser que<br />

esté dispuesto a discutirlo en <strong>de</strong>talle. Y usted tampoco nos ha dado<br />

ninguna prueba, sólo un ataque personal —replicó Julia, alzando una<br />

ceja y temblando ligeramente.<br />

Paul le apretó la mano por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa.<br />

—Para —le susurró, para que sólo ella pudiera oírlo—, para ya.<br />

Con la cara todavía muy roja, <strong>Gabriel</strong> empezó a respirar por la<br />

boca.

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