05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

8<br />

Rachel estaba sentada a la barra <strong>de</strong> la cocina <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong>,<br />

tomándose un café con leche y hojeando el Vogue, edición francesa.<br />

No era su lectura habitual. Su mesita <strong>de</strong> noche en Fila<strong>de</strong>lfia estaba<br />

siempre llena <strong>de</strong> libros <strong>de</strong> política, relaciones públicas, economía y<br />

sociología, con la esperanza <strong>de</strong> que algún día sus superiores le<br />

pidieran su opinión en vez <strong>de</strong> pedirle que fotocopiara la opinión <strong>de</strong><br />

alguna otra persona. Ahora que estaba <strong>de</strong> baja, tenía tiempo <strong>de</strong> leer<br />

otras cosas aparte <strong>de</strong> política municipal.<br />

Esa mañana se encontraba mejor. Mucho mejor. La<br />

conversación con Aaron <strong>de</strong> la noche anterior había ido bien. Aunque<br />

seguía disgustado por la cancelación <strong>de</strong> la boda, no había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong><br />

repetirle que prefería mil veces tenerla a ella que una boda.<br />

«No hace falta que nos casemos ahora mismo. Po<strong>de</strong>mos<br />

aplazarlo hasta que hayas superado el duelo. Pero te quiero a mi lado,<br />

Rachel. Siempre te querré a mi lado. Como mi esposa, como mi<br />

amante... Aceptaré tus condiciones porque te amo. Vuelve conmigo.»<br />

Sus palabras atravesaron la nebulosa <strong>de</strong> dolor y <strong>de</strong>presión que<br />

se había apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> la mente <strong>de</strong> ella y, <strong>de</strong> pronto, lo vio todo claro.<br />

Había creído que huía <strong>de</strong> Scott, <strong>de</strong> su padre y <strong>de</strong>l fantasma <strong>de</strong> su<br />

madre, pero tal vez también hubiese estado huyendo <strong>de</strong> Aaron. Al<br />

oírlo <strong>de</strong>cir esas palabras se dio cuenta <strong>de</strong> que no podría abandonarlo<br />

nunca. No podría vivir lejos <strong>de</strong> él.<br />

Su <strong>de</strong>claración había roto sus <strong>de</strong>fensas y le había hecho darse<br />

cuenta <strong>de</strong> que realmente <strong>de</strong>seaba ser su esposa. Fue consciente <strong>de</strong><br />

que no quería esperar mucho para que Aaron se convirtiera en su<br />

marido. La vida era <strong>de</strong>masiado corta para <strong>de</strong>sperdiciarla siendo infeliz.<br />

Su madre así se lo había enseñado.<br />

<strong>Gabriel</strong> entró en la cocina. Llevaba puestas las gafas. Tras<br />

besarla en la cabeza, le puso <strong>de</strong>lante un fajo <strong>de</strong> billetes. Rachel se los<br />

quedó mirando con <strong>de</strong>sconfianza. Tras comprobar <strong>de</strong> cuánto dinero se<br />

trataba, abrió mucho los ojos.<br />

—¿Para qué es esto?<br />

Él se sentó a su lado, aclarándose la garganta.<br />

—¿No ibas a ir <strong>de</strong> compras con Julianne?<br />

Su hermana puso los ojos en blanco.<br />

—Se llama Julia, <strong>Gabriel</strong>. Y no. Está ocupada. Pasará todo el día

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!