05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La gente que se cruzaba con ella le dirigía miradas compasivas.<br />

Muchos canadienses eran así. Compasivos pero educadamente<br />

distantes. Julia les agra<strong>de</strong>ció su sentimiento y todavía más que no se<br />

<strong>de</strong>tuvieran a preguntarle qué le pasaba. Su historia era <strong>de</strong>masiado<br />

larga y complicada para explicarla en un momento.<br />

<strong>El</strong>la nunca se preguntaba por qué le pasaban cosas malas a la<br />

gente buena, porque ya sabía la respuesta: a todo el mundo le pasan<br />

cosas malas. No consi<strong>de</strong>raba que eso sirviera <strong>de</strong> excusa para hacerle<br />

daño a otro, pero si había una experiencia que todos los seres<br />

humanos compartían era la <strong>de</strong>l sufrimiento. Nadie se iba <strong>de</strong> este<br />

mundo sin haber <strong>de</strong>rramado alguna lágrima, sin haber sentido dolor o<br />

haberse sumido en un pozo <strong>de</strong> tristeza. ¿Por qué <strong>de</strong>bería ser distinta<br />

su vida? ¿Por qué <strong>de</strong>bería esperar un trato <strong>de</strong> favor? Hasta la madre<br />

Teresa había sufrido, y eso que era una santa.<br />

No se arrepentía <strong>de</strong> haber cuidado <strong>de</strong> <strong>El</strong> Profesor mientras<br />

estaba borracho, por mucho que su buena acción hubiera sido<br />

recompensada con un castigo en vez <strong>de</strong> con un premio. Si uno creía<br />

que la amabilidad nunca se perdía, tenía que actuar en consecuencia,<br />

incluso cuando le echaban su amabilidad en cara.<br />

De lo que se avergonzaba era <strong>de</strong> haber sido tan idiota, tan<br />

estúpida, tan ingenua <strong>de</strong> creer que él la seguiría recordando <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la borrachera y que las cosas entre ellos volverían a ser como<br />

antes (aunque en realidad nunca habían sido <strong>de</strong> ninguna manera).<br />

Sabía que se había <strong>de</strong>jado llevar por su fantasía y que se había<br />

inventado un cuento <strong>de</strong> hadas sin tener en cuenta el mundo real y al<br />

<strong>Gabriel</strong> real.<br />

«Pero por un instante, fue real. La chispa seguía viva. Cuando<br />

me besó y me acarició, la electricidad seguía estando allí. Tiene que<br />

haberla sentido él también. Es imposible que haya existido sólo en mi<br />

cabeza.»<br />

Julia se obligó a no seguir por ese camino, recordándose que<br />

acababa <strong>de</strong> empezar una dieta libre <strong>de</strong> Emerson.<br />

«Ha llegado el momento <strong>de</strong> crecer. Se acabaron los cuentos <strong>de</strong><br />

hadas. En setiembre no te reconoció y ahora tiene a Paulina.»<br />

Al llegar a su agujero <strong>de</strong> hobbit, se dio una larga ducha y se<br />

puso el pijama <strong>de</strong> franela más viejo y suave que tenía. Era rosa pálido<br />

con un estampado <strong>de</strong> patitos <strong>de</strong> goma. Tiró la camiseta <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong> a la<br />

parte <strong>de</strong> atrás <strong>de</strong>l armario, esperando olvidarse <strong>de</strong> ella, se hizo un<br />

ovillo en la cama, abrazada al conejito <strong>de</strong> terciopelo, y se durmió,<br />

exhausta física y emocionalmente.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!