05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong>la se ruborizó, pero asintió. No estaba acostumbrada a recibir<br />

tanta atención, aunque con él estaba empezando a acostumbrarse.<br />

Quería aceptar sus atenciones con naturalidad, pero no siempre le<br />

resultaba fácil creer que merecía ser tratada así. Levantó la cara para<br />

darle un beso y susurrarle las gracias contra los labios.<br />

Con ella cogida <strong>de</strong> su brazo, <strong>Gabriel</strong> la guió hasta el restaurante.<br />

Julia y <strong>Gabriel</strong> pasearon tranquilamente por las calles<br />

adoquinadas. Des<strong>de</strong> el Palazzo Vecchio fueron al Palazzo <strong>de</strong>ll’Arte <strong>de</strong>i<br />

Giudici, riendo y recordando anteriores visitas a la ciudad. Iban<br />

<strong>de</strong>spacio, porque recorrer Florencia con zapatos <strong>de</strong> tacón no era tarea<br />

fácil. Por suerte, <strong>Gabriel</strong> la llevaba bien sujeta <strong>de</strong>l brazo y eso le<br />

permitía caminar con seguridad, aparte <strong>de</strong> evitarse los silbidos y<br />

piropos <strong>de</strong> los jóvenes florentinos. La ciudad no había cambiado<br />

mucho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> Dante.<br />

<strong>El</strong> restaurante que <strong>Gabriel</strong> había elegido se llamaba Alle Murate.<br />

Estaba situado cerca <strong>de</strong>l Duomo, en un edificio <strong>de</strong>l siglo XIV que había<br />

albergado un gremio y tenía unos impresionantes frescos <strong>de</strong> la época<br />

en las pare<strong>de</strong>s y el techo. Incluso había un retrato <strong>de</strong> Dante. Julia se<br />

quedó abrumada por la belleza <strong>de</strong> las pinturas y se distrajo mirándolas<br />

mientras el maître los conducía a su mesa.<br />

<strong>Gabriel</strong> había reservado un rincón tranquilo en el altillo que<br />

dominaba la sala principal, justo <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l techo abovedado. Era la<br />

mejor mesa, ya que permitía contemplar <strong>de</strong> cerca las imágenes<br />

medievales. Cuatro ángeles petrificados en las pinturas al fresco<br />

flotaban sobre sus cabezas. Julia cogió la mano <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong> y la apretó.<br />

Estaba exultante <strong>de</strong> felicidad.<br />

—Es precioso. Gracias. No tenía ni i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que existían estos<br />

frescos.<br />

Él sonrió ante su entusiasmo.<br />

—Y mañana será aún mejor. Massimo me ha dicho que la<br />

conferencia tendrá lugar cuando el museo ya esté cerrado. Tras la<br />

recepción con autorida<strong>de</strong>s locales y gente <strong>de</strong>l mundo académico,<br />

habrá un banquete en la propia galería. Será un acto formal pero no<br />

<strong>de</strong> etiqueta y nosotros seremos los invitados <strong>de</strong> honor.<br />

Julia sonrió, tensa.<br />

—No he traído ropa para un acto formal.<br />

—Estoy seguro <strong>de</strong> que estarás preciosa con cualquier cosa que<br />

te pongas, pero entiendo que no quieras repetir vestido, así que me<br />

temo que mañana tendré que llevarte <strong>de</strong> compras.<br />

—¿Estás seguro <strong>de</strong> que no prefieres ir solo a la conferencia? <strong>El</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!