05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Gabriel</strong> no le importaría acompañarla. Podrían tener una cita.<br />

Sí, no habían ido juntos a su baile <strong>de</strong> promoción, ni a ninguna <strong>de</strong><br />

las fiestas en la Universidad <strong>de</strong> Saint Joseph, pero Julia estaba segura<br />

<strong>de</strong> que iban a recuperar todo el tiempo perdido y que ahora sería<br />

mucho mejor. Contenta, se puso en pie <strong>de</strong> un salto justo cuando la<br />

trompeta empezaba a tocar las notas <strong>de</strong> Stormy weather, como<br />

contrapunto a la melodía cubana y empezó a cantar en voz alta,<br />

<strong>de</strong>masiado alta, mientras bailaba con el zumo <strong>de</strong> naranja en la mano,<br />

vestida con unos pretenciosos calzoncillos, totalmente ajena al hombre<br />

semi<strong>de</strong>snudo que se dirigía hacia ella.<br />

—¡Qué <strong>de</strong>monios estás haciendo!<br />

—¡Aaaaaaaaarrrrrrggggggg!<br />

Julia dio un brinco sobresaltada al oír la voz <strong>de</strong> enfado a su<br />

espalda. Arrancándose los auriculares <strong>de</strong> las orejas, se volvió y, lo que<br />

vio, la <strong>de</strong>jó <strong>de</strong>strozada.<br />

—¡Te he hecho una pregunta! —Los ojos <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong> parecían<br />

dos balsas <strong>de</strong> agua oscura—. ¿Qué coño estás haciendo vestida con<br />

mi ropa interior dando brincos en mi salón?<br />

Crack.<br />

¿Había sido el sonido <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> Julia rompiéndose en dos?<br />

¿O el <strong>de</strong>l último clavo hundiéndose en el ataúd <strong>de</strong> su difunto amor,<br />

que <strong>de</strong>scansaba eternamente, aunque no en paz?<br />

Tal vez fuera por su tono <strong>de</strong> voz, furioso y autoritario, o porque<br />

con una sola pregunta le había <strong>de</strong>jado claro que ya no la veía como a<br />

Beatriz y que todas sus esperanzas y sueños acababan <strong>de</strong> morir nada<br />

más nacer. Fuera por lo que fuese, el iPod y el zumo <strong>de</strong> naranja se le<br />

resbalaron <strong>de</strong> entre los <strong>de</strong>dos. <strong>El</strong> vaso se rompió y el iPod se <strong>de</strong>slizó<br />

al charco <strong>de</strong> líquido dorado, a sus pies.<br />

Se quedó mirando el estropicio durante unos segundos, tratando<br />

<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r lo que acababa <strong>de</strong> pasar. Cualquiera que la viera<br />

pensaría que era incapaz <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r que el vidrio pudiera<br />

romperse y causar un <strong>de</strong>sastre en forma <strong>de</strong> estrella líquida.<br />

Finalmente, se <strong>de</strong>jó caer <strong>de</strong> rodillas para recoger el cristal, mientras en<br />

su cabeza se repetían dos preguntas: «¿Por qué está tan enfadado?<br />

¿Por qué no me reconoce?»<br />

Un <strong>Gabriel</strong> alto y <strong>de</strong>scamisado la miró <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba. Llevaba sólo<br />

los bóxers, lo que le daba una apariencia un poco sexy y un poco<br />

ridícula. Tenía los puños tan apretados que se le marcaban los<br />

tendones <strong>de</strong> los brazos.<br />

—¿No recuerdas lo que pasó anoche, <strong>Gabriel</strong>?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!