05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Era un buen momento para marcharse.<br />

Inesperadamente, él alargó el brazo y le apartó el pelo <strong>de</strong> la<br />

cara, colocándoselo <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l hombro. Le acarició el cabello con los<br />

<strong>de</strong>dos durante unos momentos antes <strong>de</strong> soltárselo. Julia notó una<br />

especie <strong>de</strong> conexión entre los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong> y su pelo y volvió a<br />

ronronear con los ojos cerrados, olvidándose <strong>de</strong> lo que le había<br />

preguntado.<br />

—Hueles a vainilla —comentó él, cambiando <strong>de</strong> postura para<br />

verla mejor.<br />

—Es el champú.<br />

<strong>Gabriel</strong> se acabó la cerveza y abrió otra inmediatamente,<br />

bebiendo un buen trago antes <strong>de</strong> volverse hacia Julia otra vez.<br />

—No sé cómo ha pasado.<br />

—Te quieren mucho. Se pasan el día hablando <strong>de</strong> ti.<br />

—<strong>El</strong> hijo pródigo. O un <strong>de</strong>monio, tal vez. <strong>El</strong> <strong>de</strong>monio <strong>Gabriel</strong><br />

—dijo, riendo amargamente antes <strong>de</strong> acabarse la nueva cerveza <strong>de</strong> un<br />

trago y abrir otra.<br />

—Estaban tan contentos <strong>de</strong> que volvieras a casa... Por eso tu<br />

madre me invitó a cenar.<br />

—No es mi madre. Y tal vez Grace te invitase porque sabía que<br />

necesitaba a un ángel <strong>de</strong> pelo castaño que velara por mí.<br />

Se inclinó hacia ella y le apoyó la mano en la mejilla. Julia ahogó<br />

una exclamación. Levantó la vista, sorprendida por su contacto, y<br />

quedó prisionera <strong>de</strong> sus ojos azules, que también la estaban mirando<br />

con sorpresa. <strong>Gabriel</strong>, claramente ebrio, le acarició la mejilla<br />

ruborizada con el pulgar y pareció dudar, como si no comprendiera <strong>de</strong><br />

dón<strong>de</strong> salía el calor que <strong>de</strong>sprendía la cara <strong>de</strong> la recién llegada.<br />

Cuando apartó la mano, Julia sintió ganas <strong>de</strong> llorar. Ya lo echaba <strong>de</strong><br />

menos.<br />

Dejando la botella en el suelo, él se levantó.<br />

—<strong>El</strong> sol se está poniendo. ¿Quieres venir a dar un paseo?<br />

<strong>El</strong>la se mordió el labio. Sabía que no <strong>de</strong>bería acompañarlo. Pero<br />

era <strong>Gabriel</strong>, el <strong>de</strong> la fotografía, y sabía que ésa sería seguramente su<br />

única oportunidad <strong>de</strong> estar con él. Después <strong>de</strong> lo que había pasado,<br />

dudaba que volviera <strong>de</strong> visita nunca más. O, por lo menos, durante<br />

una buena temporada.<br />

Dejó la manta en el porche y lo siguió.<br />

—Tráete la manta —le indicó él.<br />

Julia la enrolló y se la puso bajo el brazo. <strong>Gabriel</strong> le cogió la otra<br />

mano.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!