05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En la primera encontró ropa <strong>de</strong> mujer, toda <strong>de</strong> su talla. <strong>Gabriel</strong> le<br />

había comprado una falda tubo negra, clásica, unos pantalones<br />

negros, lisos, marca Theory, una camisa <strong>de</strong> vestir <strong>de</strong> algodón blanco<br />

con puños franceses y una blusa <strong>de</strong> seda <strong>de</strong> color azul. Unas medias<br />

<strong>de</strong> rombos, unos calcetines y unos botines negros puntiagudos<br />

completaban el conjunto. Le recordó la colección básica <strong>de</strong> un<br />

diseñador. No quería parecer <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cida, pero habría estado igual<br />

<strong>de</strong> contenta con unos simples vaqueros, una camiseta <strong>de</strong> manga larga<br />

y unas zapatillas <strong>de</strong>portivas.<br />

La segunda bolsa, según <strong>de</strong>scubrió sorprendida, contenía<br />

lencería. <strong>Gabriel</strong> le había comprado un elegante y obviamente<br />

carísimo albornoz <strong>de</strong> color lila. También un camisón largo <strong>de</strong>l mismo<br />

color, con volantes en el cuello. Se sintió sorprendida y encantada con<br />

el camisón. Era sofisticado y sencillo al mismo tiempo. Algo que podía<br />

ponerse para dormir con él sin sentirse incómoda. En el fondo <strong>de</strong> la<br />

bolsa vio un par <strong>de</strong> zapatillas <strong>de</strong> raso <strong>de</strong>l mismo color, con tacones <strong>de</strong><br />

unos cinco centímetros. Eran un peligro para la salud disfrazado <strong>de</strong><br />

zapatillas sexies.<br />

«Es evi<strong>de</strong>nte que los tacones son el fetiche <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong>... en todo<br />

tipo <strong>de</strong> calzado.»<br />

En la tercera bolsa encontró ropa interior. Julia se ruborizó<br />

intensamente al ver tres sujetadores <strong>de</strong> encaje, <strong>de</strong> media copa, con<br />

bragas a juego, todos ellos <strong>de</strong> un diseñador francés. Un conjunto era<br />

<strong>de</strong> color champán, otro azul pálido y el tercero rosa palo. Las bragas<br />

eran tipo culotte, todas <strong>de</strong> encaje. Se ruborizó aún más al imaginarse<br />

a <strong>Gabriel</strong> paseando entre hileras e hileras <strong>de</strong> lencería cara, eligiendo<br />

lo que le parecía elegante y atractivo y comprando prendas que eran<br />

exactamente <strong>de</strong> su talla.<br />

«Oh, dioses <strong>de</strong> los —¿amigos? ¿novios?— francamente<br />

generosos, gracias por mantenerlo apartado <strong>de</strong> los artículos<br />

provocativos... <strong>de</strong> momento.»<br />

Estaba abrumada y algo avergonzada. Pero era todo tan bonito,<br />

tan <strong>de</strong>licado, tan perfecto...<br />

«Tal vez no me ame, pero se preocupa por mí y quiere hacerme<br />

feliz», pensó.<br />

<strong>El</strong>igió el conjunto color champán, los pantalones negros y la<br />

camisa blanca y fue al baño a darse una ducha. En la bañera, no sólo<br />

encontró la esponja color lavanda, sino también su propia marca <strong>de</strong><br />

gel, <strong>de</strong> champú y <strong>de</strong> acondicionador. <strong>Gabriel</strong>, a su modo obsesivo, se<br />

había ocupado <strong>de</strong> todo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!