05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

«Que a matrimonio <strong>de</strong> alma y alma verda<strong>de</strong>ra no haya<br />

impedimentos», recitó Julia mentalmente, citando a Shakespeare,<br />

como un talismán contra sus miedos. Creía que los vicios <strong>de</strong> <strong>Gabriel</strong><br />

nacían <strong>de</strong> la soledad y la <strong>de</strong>sesperación. Y que, ahora que se habían<br />

reencontrado, su amor bastaría para rescatarlos a ambos <strong>de</strong> la<br />

oscuridad. Juntos serían mucho más fuertes y mucho más cuerdos<br />

que por separado.<br />

Mientras pensaba todas estas cosas, iba abriendo los armarios<br />

<strong>de</strong> la cocina, que estaba muy bien equipada. No sabía si él querría<br />

<strong>de</strong>sayunar. Sharon, su madre, nunca quería hacerlo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una<br />

borrachera. Prefería tomar, por ejemplo, un Brisa Marina, el cóctel a<br />

base <strong>de</strong> vodka, zumo <strong>de</strong> uva y <strong>de</strong> arándanos que —por <strong>de</strong>sgracia—<br />

Julia había aprendido a preparar con aplomo a los ocho años. Sin<br />

embargo, tras comerse un <strong>de</strong>sayuno <strong>de</strong> huevos revueltos, beicon y<br />

café, preparó lo mismo para <strong>Gabriel</strong>.<br />

No sabiendo si él sería <strong>de</strong> los que se curaban las resacas<br />

bebiendo, le preparó un cóctel Walters por si acaso. Encontró la receta<br />

en su guía <strong>de</strong> cócteles y eligió el whisky que le pareció menos caro<br />

para mezclarlo con el zumo <strong>de</strong> frutas.<br />

Cuando acabó, se sentía exultante ante esa inesperada<br />

oportunidad <strong>de</strong> malcriar a <strong>Gabriel</strong>. Por eso se tomó muchas molestias<br />

en prepararle la ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sayuno. Incluso cortó unos tallos <strong>de</strong><br />

perejil como <strong>de</strong>coración y los colocó junto a los gajos <strong>de</strong> naranja que<br />

había dispuesto en forma <strong>de</strong> abanico junto al beicon. Hasta se molestó<br />

en envolverle los cubiertos con una servilleta <strong>de</strong> hilo, que dobló sin<br />

<strong>de</strong>masiado éxito en forma <strong>de</strong> bolsillo. Deseó ser capaz <strong>de</strong> doblarla<br />

formando algo más impresionante, como un abanico o un pavo real, y<br />

<strong>de</strong>cidió investigar el tema la próxima vez que se conectara a Internet.<br />

Seguro que Martha Stewart lo sabría. Martha Stewart lo sabía todo.<br />

Armándose <strong>de</strong> valor, Julia entró en el <strong>de</strong>spacho y buscó un<br />

papel y un bolígrafo en su escritorio para escribirle una nota:<br />

Octubre, 2009<br />

Querido <strong>Gabriel</strong>:<br />

Había perdido la fe<br />

hasta que anoche me miraste a los ojos y finalmente me viste.<br />

Apparuit iam beatitudo vestra.<br />

Ahora aparece tu bendición.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!