05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cor<strong>de</strong>ro.<br />

—No me mientas. Sé que se acaba <strong>de</strong> marchar. Al parecer han<br />

tenido problemas en la bolera. Alguien ha quemado el edificio. Tardará<br />

horas en volver.<br />

Julia parpa<strong>de</strong>ó nerviosa.<br />

—¿Cómo lo sabes?<br />

—Lo he oído por la radio. Estaba en la zona, así que me ha<br />

parecido el momento i<strong>de</strong>al para venir a visitarte.<br />

Julia trató <strong>de</strong> mantener la calma, mientras analizaba sus<br />

alternativas. Era inútil salir corriendo, porque Simon la atraparía en<br />

seguida y se enfadaría aún más. Por otra parte, si permanecía en la<br />

casa, tenía alguna posibilidad <strong>de</strong> coger el móvil, que estaba en la<br />

cocina.<br />

Con una sonrisa falsa y un tono amable más falso todavía, dijo:<br />

—Has sido muy amable <strong>de</strong> venir a verme. Pero los dos sabemos<br />

que lo nuestro se acabó. Tú conociste a otra persona y ahora eres feliz<br />

con ella. Dejemos el pasado atrás, ¿no te parece?<br />

Estaba tratando <strong>de</strong> que no se notara lo nerviosa que estaba y no<br />

lo estaba haciendo mal.<br />

Hasta que Simon se acercó y le acarició el pelo con ambas<br />

manos, llevándose mechones a la nariz para olerlos.<br />

—No fue una cuestión <strong>de</strong> felicidad. Era sólo sexo. <strong>El</strong>la no es <strong>de</strong><br />

ese tipo <strong>de</strong> chicas que pue<strong>de</strong>s llevar a casa <strong>de</strong> tus padres a cenar. Tú,<br />

al menos, eras presentable. Aunque me <strong>de</strong>cepcionaste mucho.<br />

—No quiero hablar <strong>de</strong> eso.<br />

Él agarró la puerta y la cerró <strong>de</strong> un portazo.<br />

—No he acabado. Y no me gusta que me interrumpan.<br />

Julia dio un cauteloso paso atrás.<br />

—Lo siento, Simon.<br />

—Dejémonos <strong>de</strong> gilipolleces. Los dos sabemos por qué estoy<br />

aquí. Quiero las fotos.<br />

—Ya te dije que no las tengo.<br />

—No te creo. —Le cogió el collar con una mano y la atrajo hacia<br />

él.<br />

—¿De verdad quieres jugar a este juego? He visto lo que tiene<br />

Natalie y sé que las fotos existen. Si me las das ahora, seguiremos<br />

siendo amigos. Pero no me provoques. No he conducido tres horas<br />

para aguantar tus chorradas. No me importa cuántos collares <strong>de</strong><br />

perlas te pongas. ¡No vales nada! —exclamó, tirando <strong>de</strong> nuevo <strong>de</strong>l<br />

collar.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!