05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Él la miró entrecerrando los ojos.<br />

—¿Lo es?<br />

—<strong>Gabriel</strong>, estamos empezando a conocernos. Y ya ha habido<br />

unas cuantas sorpresas.<br />

Él hizo una mueca.<br />

—No quiero escon<strong>de</strong>r mis intenciones. No quiero seducirte y<br />

marcharme luego. Y tampoco pienso reservar mis secretos hasta<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberte hecho mía. Estoy tratando <strong>de</strong> comportarme<br />

correctamente.<br />

Sus palabras tenían buena intención. La <strong>de</strong>seaba, <strong>de</strong>seaba<br />

hasta el último rincón <strong>de</strong> su cuerpo, pero tenía muy claro que no podía<br />

arrebatarle la virginidad sin haberle confesado antes sus secretos más<br />

íntimos. Y, aunque su reacción ante el acoso <strong>de</strong> Ann le daba<br />

esperanzas, seguía teniendo miedo <strong>de</strong> que sus revelaciones la<br />

hicieran salir corriendo. Sabía que ella estaría mejor con otro hombre,<br />

pero sólo con imaginárselo, el corazón le empezaba a latir<br />

<strong>de</strong>sacompasadamente.<br />

—¿Tienes conciencia?<br />

—¿Qué pregunta es ésa? —gruñó él.<br />

—¿Crees que hay diferencia entre el bien y el mal?<br />

—¡Por supuesto!<br />

—¿Y sabes distinguirlos?<br />

<strong>Gabriel</strong> se frotó la cara con las manos y las <strong>de</strong>jó ahí.<br />

—Julianne, no soy un psicópata. No tengo ningún problema en<br />

distinguir una cosa <strong>de</strong> otra, el problema llega a la hora <strong>de</strong> actuar.<br />

—Entonces, no has perdido el alma. Sólo una criatura con alma<br />

es capaz <strong>de</strong> distinguir entre el bien y el mal. Sí, has cometido errores,<br />

pero te sientes culpable. Sientes remordimiento. Y si no has perdido el<br />

alma, sigues teniendo posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> re<strong>de</strong>nción.<br />

Él sonrió con tristeza y la besó.<br />

—Hablas como Grace.<br />

—Grace era una mujer muy sabia.<br />

—Igual que tú, señorita Mitchell, según parece —bromeó él.<br />

—Con un poco <strong>de</strong> ayuda <strong>de</strong> santo Tomás <strong>de</strong> Aquino, profesor.<br />

Él le levantó un poco la camiseta para hacerle cosquillas en el<br />

estómago.<br />

—¡Ah! ¡<strong>Gabriel</strong>, para! —se rió ella, retorciéndose y tratando <strong>de</strong><br />

apartarse.<br />

Él siguió unos instantes antes <strong>de</strong> soltarla, sólo por el placer <strong>de</strong><br />

oír su risa resonando en la oscuridad.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!