05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

la amplia extensión <strong>de</strong> sus pectorales cubiertos por la ceñida<br />

camiseta, <strong>de</strong> color negro, igual que los vaqueros. Tenía las piernas<br />

largas. Se dio cuenta <strong>de</strong> que estaba más alto y fuerte que en las<br />

antiguas fotos <strong>de</strong> su hermana.<br />

Quería <strong>de</strong>cir algo, pero no se atrevía. Quería preguntarle por qué<br />

había actuado <strong>de</strong> un modo tan violento con la familia más agradable<br />

que conocía. Pero era <strong>de</strong>masiado tímida y, a<strong>de</strong>más, estaba un poco<br />

asustada. Así que, en vez <strong>de</strong> eso, le preguntó si tenía un abridor.<br />

<strong>Gabriel</strong> frunció el cejo, pero llevándose la mano al bolsillo trasero<br />

<strong>de</strong>l pantalón, sacó uno y se lo ofreció.<br />

<strong>El</strong>la le dio las gracias y se quedó inmóvil. Él se volvió hacia la<br />

caja <strong>de</strong> cervezas medio vacía que tenía a la espalda, cogió una botella<br />

y se la ofreció.<br />

—Permíteme —le dijo, sonriendo al mirarla por fin a la cara. Julia<br />

le <strong>de</strong>volvió el abridor y él <strong>de</strong>stapó la cerveza con facilidad, brindando<br />

<strong>de</strong>spués haciendo entrechocar las botellas—. ¡Salud!<br />

<strong>El</strong>la bebió para no hacerle un feo, tratando <strong>de</strong> no atragantarse<br />

cuando aquella bebida con sabor a cebada le llegó a la boca. Sin<br />

darse cuenta, ronroneó.<br />

—¿Habías probado la cerveza alguna vez? —le preguntó él<br />

sonriendo.<br />

Julia negó con la cabeza.<br />

—Pues me alegro <strong>de</strong> haber sido el primero.<br />

<strong>El</strong>la se ruborizó y ocultó la cara bajo su mata <strong>de</strong> pelo color<br />

caoba.<br />

—¿Qué haces aquí? —<strong>Gabriel</strong> la miraba con curiosidad.<br />

Julia tardó unos segundos en respon<strong>de</strong>r, buscando una manera<br />

<strong>de</strong>licada <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo.<br />

—Estaba invitada a cenar. «Esperaba conocerte al fin.»<br />

Él se echó a reír.<br />

—Pues me temo que he estropeado la velada. Bien, señorita<br />

Ojos Castaños, añada eso a mi cuenta.<br />

—¿Puedo preguntarte qué ha pasado? —Julia lo preguntó en<br />

voz muy baja, casi en un susurro, para que no se le notara el temblor.<br />

—¿Puedo preguntarte por qué todavía no has salido corriendo?<br />

—contraatacó él, mirándola fijamente con sus ojos azules.<br />

<strong>El</strong>la volvió a agachar la cabeza. Esperaba que, si se mostraba<br />

sumisa, se le pasaría el enfado. Sabía que estar allí con <strong>Gabriel</strong><br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo que había pasado era una tontería. Estaba borracho y,<br />

si se ponía violento, Julia no tenía a nadie cerca a quien pedir ayuda.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!