05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

incredulidad. Los zapatos tenían un bonito lazo <strong>de</strong> terciopelo en la<br />

punta y Julia era muy consciente <strong>de</strong> que costaban el alquiler <strong>de</strong> un<br />

mes por lo menos. Casi oculto en otro rincón <strong>de</strong> la caja, vio un bolso<br />

pequeño, adornado con cuentas.<br />

Por un momento, se sintió como Cenicienta.<br />

—¿Te gusta? —preguntó Rachel, insegura—. La <strong>de</strong>pendienta se<br />

encargó <strong>de</strong> elegirlo. Yo sólo le dije que te enviara un vestido lila.<br />

—Es precioso, Rachel. Todo. Un momento, ¿cómo sabías mi<br />

talla?<br />

—No estaba segura, pero no me pareció que hubieras<br />

aumentado <strong>de</strong> peso. De todos modos, será mejor que te lo pruebes.<br />

—Pero es <strong>de</strong>masiado. Sólo los zapatos ya... No puedo aceptarlo.<br />

—Julia, por favor, estoy tan contenta <strong>de</strong> que volvamos a ser<br />

amigas... Aparte <strong>de</strong> encontrarme contigo y <strong>de</strong> visitar a <strong>Gabriel</strong>, no me<br />

ha pasado nada bueno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que mi madre se puso enferma. Por<br />

favor, no me quites esta alegría.<br />

«Caramba. Rachel sabe cómo hacer que alguien se sienta<br />

culpable.»<br />

Julia respiró hondo.<br />

—No sé...<br />

—No lo he pagado con mi dinero. Es dinero <strong>de</strong> la familia.<br />

Cuando mamá murió... —Dejó la frase a medias, esperando que su<br />

amiga sacara sus propias y erróneas conclusiones.<br />

Y eso fue exactamente lo que pasó.<br />

—A tu madre le habría gustado que te gastaras el dinero en ti.<br />

—A ella le gustaba que todos sus seres queridos fueran felices y<br />

tú te contabas entre ellos. No tuvo <strong>de</strong>masiadas oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

malcriarte <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>... <strong>de</strong> lo que pasó. Estoy segura <strong>de</strong> que en este<br />

momento nos está viendo y está sonriendo. Hazlo por mí. Hazla feliz a<br />

ella, Julia.<br />

Rachel notó que su amiga estaba a punto <strong>de</strong> llorar y empezó a<br />

sentirse mal por ser tan manipuladora.<br />

<strong>Gabriel</strong>, que no tenía ganas <strong>de</strong> llorar ni se sentía culpable, sólo<br />

esperaba a que acabaran <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> una vez para po<strong>de</strong>r usar su<br />

teléfono.<br />

—¿Puedo pagar una parte? ¿Puedo pagarte los zapatos... poco<br />

a poco?<br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> oírla, porque se lo oyó mal<strong>de</strong>cir. No paraba <strong>de</strong><br />

refunfuñar. Decía algo sobre un ratón y una iglesia.<br />

—<strong>Gabriel</strong>, déjame a mí —dijo Rachel.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!