05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

vista clavada en la tarta <strong>de</strong> calabaza, masticando <strong>de</strong>spacio. Nadie se<br />

había dado cuenta <strong>de</strong> que tenía los ojos húmedos. No se atrevía a<br />

mirar a <strong>Gabriel</strong>.<br />

Después <strong>de</strong> cenar, todos colaboraron recogiendo la mesa y<br />

lavando platos. <strong>Gabriel</strong> trató <strong>de</strong> hablar con Julia a solas, pero los<br />

interrumpían constantemente. Por fin, se rindió y acompañó a Richard<br />

al porche mientras el resto <strong>de</strong> la familia se apilaba en los sofás <strong>de</strong>l<br />

salón para escuchar música mala <strong>de</strong> los años ochenta.<br />

La elección había sido <strong>de</strong> Scott, que se puso a bailar cuando<br />

empezó a sonar Tainted Love, <strong>de</strong> Soft Cell, entre las burlas <strong>de</strong> Rachel<br />

y <strong>de</strong> Julia.<br />

Aaron no entendía la fascinación que tanta gente sentía por la<br />

música <strong>de</strong> los ochenta, ni le veía la gracia a la manera <strong>de</strong> bailar<br />

ecléctica <strong>de</strong> Scott, pero le <strong>de</strong>dicó una sonrisa educada mientras bebía<br />

cerveza.<br />

Cuando empezó a sonar Don’t You Forget About Me, Julia supo<br />

que había llegado la hora <strong>de</strong> ir a buscar una segunda copa. Una vez<br />

en la cocina, se encontró mirando por la ventana a <strong>Gabriel</strong> y a<br />

Richard, que estaban sentados en sillas Adirondack, con los abrigos<br />

puestos.<br />

—Hola, Julia —la saludó Aaron, abriendo la nevera y sacando<br />

otra cerveza—. ¿Una Corona?<br />

—Gracias. —Julia la aceptó, francamente agra<strong>de</strong>cida.<br />

—¿Lima? —Aaron señaló un cuenco con trozos <strong>de</strong> lima en la<br />

encimera.<br />

Al verla intentar introducir el trozo <strong>de</strong> lima en la estrecha abertura<br />

<strong>de</strong> la botella, se apiadó <strong>de</strong> ella.<br />

—¿Quieres que lo haga yo?<br />

—Por favor.<br />

Aaron era un especialista en cervezas Corona. Metió la lima<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l botellín y, cerrando la abertura con el pulgar, lo puso boca<br />

abajo, enviando la fruta al fondo. Luego le dio la vuelta y <strong>de</strong>jó escapar<br />

el aire comprimido muy lentamente. Con una mirada <strong>de</strong> satisfacción,<br />

se lo <strong>de</strong>volvió.<br />

—Así es como se hace —le dijo sonriendo.<br />

<strong>El</strong>la dio un trago y le <strong>de</strong>volvió la sonrisa. Tenía razón. La cerveza<br />

estaba muy buena.<br />

—Eres un buen hombre, Aaron. —Julia se sorprendió al darse<br />

cuenta <strong>de</strong> que lo había dicho en voz alta.<br />

Él se ruborizó, pero no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> sonreír.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!