05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Mientras ella dormía, <strong>Gabriel</strong> estaba luchando contra la resaca y<br />

contra el impulso <strong>de</strong> sumergirse en una botella <strong>de</strong> whisky escocés y no<br />

volver a salir a la superficie.<br />

No la había perseguido. No había bajado a trompicones treinta<br />

pisos por la escalera. No había esperado el siguiente ascensor para<br />

perseguirla por la calle.<br />

No. Se había tambaleado hasta el salón, don<strong>de</strong> se había <strong>de</strong>jado<br />

caer en una butaca para revolcarse en las náuseas y el odio hacia sí<br />

mismo. Se maldijo por la brusquedad con que la había tratado, no sólo<br />

esa mañana, sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día <strong>de</strong>l seminario. Una brusquedad<br />

mucho más odiosa por el hecho <strong>de</strong> que ella la había tolerado en<br />

silencio, con una paciencia digna <strong>de</strong> una santa, sabiendo en todo<br />

momento quién era y lo que significaba para él.<br />

«¿Cómo puedo haber estado tan ciego?»<br />

Pensó en la primera vez que la vio. Acababa <strong>de</strong> regresar a<br />

Selinsgrove <strong>de</strong>primido y <strong>de</strong>sesperado. Pero Dios había intervenido.<br />

Como un auténtico <strong>de</strong>us ex máchina le había enviado un ángel para<br />

rescatarlo <strong>de</strong>l <strong>infierno</strong>. Un ángel <strong>de</strong>licado, <strong>de</strong> ojos castaños, vestido<br />

con vaqueros y zapatillas <strong>de</strong>portivas, con un rostro hermoso y una<br />

alma pura, que lo había consolado en la oscuridad y le había dado<br />

esperanza. Un ángel que parecía apreciarlo sinceramente, a pesar <strong>de</strong><br />

todos sus <strong>de</strong>fectos.<br />

«<strong>El</strong>la me salvó.»<br />

Y, por si fuera poco, ese ángel había aparecido una segunda<br />

vez, justo el día en que había perdido la otra po<strong>de</strong>rosa fuerza <strong>de</strong>l bien<br />

que existía en su vida: Grace. <strong>El</strong> ángel se había sentado en su clase,<br />

recordándole que existía la verdad, la belleza, la bondad. Y él había<br />

respondido hablándole mal y amenazándola con expulsarla <strong>de</strong>l curso.<br />

Y esa mañana había vuelto a tratarla con crueldad y la había<br />

comparado con una puta.<br />

«<strong>El</strong> follaángeles soy yo. He jodido al ángel <strong>de</strong> ojos castaños.»<br />

Maldiciendo la ironía <strong>de</strong> quien lo había bautizado con el nombre <strong>de</strong> un<br />

arcángel, se dirigió a la cocina a buscar la nota.<br />

Con el frágil y hermoso mensaje en la mano, vio su propia<br />

fealdad. Era una fealdad interna, <strong>de</strong>l alma. La nota <strong>de</strong> Julia, <strong>de</strong>l mismo<br />

modo que la ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sayuno, contrastaba con el pecado <strong>de</strong><br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>de</strong> un modo imposible <strong>de</strong> ignorar.<br />

<strong>El</strong>la no se lo podía haber imaginado en ese momento, pero las<br />

palabras que había pronunciado estando con Paul, una semana atrás,<br />

cobraron más sentido que nunca. A veces, cuando la gente no obtenía

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!