05.09.2019 Views

El infierno de Gabriel_1

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

todo en or<strong>de</strong>n antes <strong>de</strong> hacerse a un lado y señalar hacia el pasillo.<br />

—Después <strong>de</strong> ti.<br />

Julia le dio las gracias. Mientras salían, él alargó la mano hacia<br />

las asas <strong>de</strong>l maletín. <strong>El</strong>la notó el roce <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>dos y se apartó<br />

instintivamente, <strong>de</strong>jándolo caer.<br />

Él lo recogió.<br />

—Es un maletín muy bonito. ¿Te importa que lo lleve un rato?<br />

—preguntó, con una sonrisa que la hizo ruborizarse.<br />

—Gracias —murmuró ella—. Me gusta mucho. Es perfecto.<br />

<strong>Gabriel</strong> no le dio más conversación hasta que llegaron al<br />

restaurante Caffé Volo en la calle Yonge. Era un establecimiento<br />

tranquilo y acogedor. Presumían <strong>de</strong> tener la carta <strong>de</strong> cervezas más<br />

completa <strong>de</strong> Toronto. Tenían también un cocinero italiano y la mejor<br />

cocina casera <strong>de</strong>l barrio. Era un local pequeño, <strong>de</strong> sólo diez mesas,<br />

que en verano complementaban con algunas más en la terraza. La<br />

<strong>de</strong>coración, rústica, incluía algunas antigüeda<strong>de</strong>s, como bancos <strong>de</strong><br />

iglesia o gran<strong>de</strong>s mesas <strong>de</strong> granja. A Julia le recordó a una taberna<br />

alemana, <strong>de</strong>l estilo <strong>de</strong>l restaurante Vinum, don<strong>de</strong> había estado con<br />

amigos durante una visita a Frankfurt.<br />

A <strong>Gabriel</strong> le gustaba porque servían una <strong>de</strong> sus cervezas<br />

trapenses favoritas, la Chimay Première, y le gustaba tomar pizza<br />

napolitana con esa bebida. (Como siempre, no soportaba la<br />

mediocridad.) Como era un cliente habitual, y <strong>de</strong> los más puntillosos,<br />

le ofrecieron el mejor sitio, una tranquila mesa para dos en un rincón,<br />

cerca <strong>de</strong> un gran ventanal con vistas a la locura que era la calle Yonge<br />

por la noche.<br />

Travestis, estudiantes universitarios, resi<strong>de</strong>ntes en el colegio<br />

mayor, policías, felices parejas homosexuales, felices parejas<br />

heterosexuales, famosos <strong>de</strong> visita en los barrios pobres, yuppies<br />

paseando a sus pretenciosas mascotas, ecologistas, vagabundos,<br />

músicos callejeros, pandilleros, miembros <strong>de</strong> la mafia rusa, algún que<br />

otro profesor díscolo, algún miembro <strong>de</strong>l Parlamento Provincial. Un<br />

fascinante caleidoscopio <strong>de</strong> comportamientos humanos en directo. Y<br />

gratis.<br />

Julia se sentó lentamente en su asiento, un antiguo banco <strong>de</strong><br />

iglesia reconvertido y se echó sobre los hombros la manta <strong>de</strong><br />

borreguillo que el camarero le había <strong>de</strong>jado en el respaldo.<br />

—¿Tienes frío? Le diré a Christopher que nos siente al lado <strong>de</strong> la<br />

chimenea. —Levantó el brazo para llamar al camarero, pero Julia lo<br />

<strong>de</strong>tuvo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!