La Revolucion Desconocida _Volin - fondation Besnard
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alcanzaron rápidos éxitos. Su número aumentó prontamente, a pesar de los pesados<br />
sacrificios en hombres, impuestos por los acontecimientos.<br />
Su actividad ejerció en la revolución fuerte influencia, de notables efectos,<br />
primeramente, porque ellos fueron los únicos que opusieron una idea nueva de la<br />
Revolución social a la tesis y la acción bolcheviques, en creciente descrédito ante las<br />
masas, y luego, porque ellos propagaron y defendieron esta idea, en la medida de sus<br />
fuerzas y a despecho de tremendas persecuciones, con desinterés y abnegación<br />
sublimes, hasta el fin, hasta sucumbir bajo el número aplastante de sus enemigos, su<br />
desenfrenada demagogia, su astucia y su violencia inauditas.<br />
No nos asombremos de tales éxitos ni de su falta de resultado final.<br />
Por una parte, gracias a su integridad, valentía y abnegación, gracias a su<br />
presencia y acción constantes entre las masas, no en ministerios y oficinas; gracias, en<br />
fin, a la vitalidad resplandeciente de sus ideas frente a la práctica bien pronto dudosa<br />
de los bolcheviques, los anarquistas encontraron, dondequiera pudieron actuar,<br />
amistades y adeptos. (Se tiene derecho a conjeturar que si los bolcheviques,<br />
perfectamente conscientes del peligro que esos éxitos representaban para ellos, no<br />
hubiesen puesto fin, con premura, a la propaganda y la acción libertarias, la Revolución<br />
habría podido tomar otro giro y ofrecer resultados bien distintos.)<br />
Pero, por otra parte, el señalado retraso, el número reducido de sus militantes<br />
capaces de realizar una vasta propaganda oral y escrita en el inmenso país, la nopreparación<br />
de las masas, las condiciones generales desfavorables, las persecuciones,<br />
las considerables pérdidas de hombres, etc., todo ello limitó por mucho la extensión y<br />
continuidad de su obra, facilitando la acción represora del gobierno bolchevique.<br />
Pasemos a los hechos.<br />
Los anarquistas fueron los únicos en Rusia que propagaron siempre en las masas<br />
la idea de la verdadera Revolución social popular, integral, emancipadora.<br />
<strong>La</strong> Revolución de 1905, con excepción de la corriente anarquista, seguía las<br />
palabras de orden de la democracia (burguesa): ¡Abajo el zarismo! ¡Viva la República<br />
democrática! El bolchevismo mismo, en esa época, no iba más lejos. El anarquismo era<br />
entonces la sola doctrina que iba al fondo del problema y advertía a las masas del<br />
peligro de una solución política. Por débiles que fueran entonces los libertarios en<br />
relación a los partidos democráticos, la idea había ya logrado agrupar a una pequeña<br />
fracción de obreros e intelectuales, que protestaron, en varios puntos, contra el engaño<br />
de la democracia. Voces, cierto es, que clamaban en el desierto. Y pronto, en torno a<br />
ellos, surgieron simpatías y adhesiones, y apareció un cierto movimiento.<br />
<strong>La</strong> Revolución de 1917 fue, desde el principio, como una crecida. Difícil era prever<br />
su alcance. Derribado el absolutismo, el pueblo «entró en la arena de la acción<br />
histórica».<br />
En vano los partidos políticos se esforzaban por establecer sus posiciones,<br />
adaptándose al movimiento revolucionario: el pueblo laborioso marchaba siempre en la<br />
avanzada, dejando atrás, uno tras otro, los diferentes partidos, con sus programas. Los<br />
bolcheviques mismos –el partido mejor organizado, más decidido y ardientemente<br />
aspirante al poder- se vieron obligados a modificar repetidamente sus palabras de<br />
orden para poder seguir la evolución rápida de los acontecimientos y de las masas.<br />
(Recordemos sus primeros lemas: ¡Viva la Asamblea Constituyente! ¡Viva el control<br />
obrero de la producción!, etc.)<br />
En 1917, lo mismo que en 1905, los anarquistas fueron los únicos defensores de<br />
la verdadera e integral Revolución social. Se aferraban constante y porfiadamente a<br />
ella, a pesar de su número reducido, la escasez de medios y su falta de organización.<br />
En el verano de 1917, ellos sostuvieron, en palabras y hechos, los movimientos de<br />
los campesinos. Invariablemente estaban también con los obreros cuando, mucho antes<br />
del golpe de octubre, éstos se posesionaron, en diversos lugares, de empresas<br />
industriales y se esforzaron en organizar la producción en ellas sobre base de<br />
autonomía y colectividad obrera. Los anarquistas lucharon en primera fila en el<br />
movimiento de los obreros y los marinos de Kronstadt y de Petrogrado (3-5 de julio).<br />
En Petrogrado dieron el ejemplo de la toma de imprentas para lanzar diarios obreros y<br />
revolucionarios.<br />
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